martedì 21 agosto 2012

6 capitulo


Hola chicas,acà està el 6 capitulo...GRACIAS POR LAS FIRMAS!
+10 FIRMAS Y OTRO

 
Lali se llevó la copa de vino a los labios, pero apenas lo probó. Aunque le agradaba su sabor afrutado, estaba demasiado preocupada para apreciarlo. Desde el balcón se veía el golfo, con su agua azul y un revoltijo de pequeñas islas desperdigadas. También había unos puntitos en la superficie, que en realidad eran lanchas; pero Lali no les prestó atención. Tenía la cabeza ocupada, sobre todo, en tratar de aclarar los crípticos comentarios de su visitante de la noche anterior. Y también estaba haciendo todo lo posible por seguir la conversación que estaba desarrollándose a su alrededor.
Benjamin Amadeo era tal como lo había descrito Cande: un hombre de belleza clásica, piel bronceada y estilo sofisticado. Con aquel traje color crema, parecía un adonis del siglo XX. Era inteligente, culto y masculino. Las tretas de Cande podrían haber hecho que Lali lo tratara con cierto distanciamiento de no ser porque veía el brillo divertido que bailaba en los ojos de Benjamin. Lali se había dado cuenta de que éste no sólo sabía lo que su anfitriona maquinaba, sino que había decidido seguirle el juego. Su mirada desafiante y juguetona la relajaba y, de ese modo, podía disfrutar de un coqueteo inofensivo sin sentirse incómoda.

Belen, la prima de Agus, no le caía tan bien. Tenía un físico tan atractivo como perturbador. Era guapa y adinerada, pero su rostro transmitía tensión. Sus ojos exóticos y su boca de puchero carecían de alegría. Belen era, decidió Lali, como un volcán a punto de estallar: caliente, oscura y alarmante.
Adjetivos que le recordaron de nuevo a su desconocido visitante. Le pegaban tan bien como a Belen Sierra y, sin embargo, era raro, porque a Lali le resultaban rasgos admirables en el hombre y desagradables en la mujer. ¿Estaría aplicando una doble moral?, se preguntó y negó con la cabeza. No, la energía de Iona parecía destructiva, mientras que la energía del hombre era magnética. Irritada consigo misma, Lali dejó de mirar el mar y regresó al presente.
—Debes de encontrar esto muy tranquilo después de haber estado en Atenas —dijo dirigiéndose a Benjamin.
Éste giró la silla para mirarla. Le bastó una sonrisa para insinuarle que, para él, no había otra mujer más que ella en el balcón, galantería que Lali encontró agradable.
—La isla es una maravilla, muy tranquila. Pero me gustan los lugares caóticos. Tú vives en Nueva York, seguro que me entiendes.
—Sí, aunque ahora mismo me apetece estar tranquila —Lali se apoyó contra la barandilla, dejando que el sol le calentara la espalda—. De momento no estoy haciendo más que vaguear. Ni siquiera he sacado fuerzas para explorar los alrededores.
—Es una isla muy pintoresca. Hay grutas, calas, viñedos, algunas granjas —Benja sacó del bolsillo una pitillera de oro, la abrió y le ofreció un cigarrillo a Lali. Ésta negó con la cabeza, de modo que se encendió uno para él mientras se recostaba de una forma relajada pero en estado de alerta al mismo tiempo—. Lesbos conserva su ambiente original: es colorida y no ha cambiado con el turismo.
—Justo lo que busco —Lali dio un sorbo a su copa—. Pero voy a tomármelo con calma. No sé, cualquier día me pondré a recoger conchas y encontraré a un granjero que me deje ordeñar su cabra.
—Elevados propósitos —bromeó Benja sonriente.
—Cande dice que siempre he sido muy intrépida —le siguió el juego Lali.
—Me encantará acompañarte con las conchas —dijo él mientras sus ojos examinaban la cara de Lali con una expresión de aprobación que no le pasó por alto—. Pero lo de la cabra...
—Me sorprende que te contentes con tan poco entretenimiento —interrumpió Belen.
Lali giró la cabeza hacia ella y se obligó a sonreír.
—Estar en una isla ya es un entretenimiento de por sí para mí. Recuerda que soy una turista. Esos paquetes de vacaciones en los que vas siempre corriendo de una actividad a otra nunca me han parecido vacaciones de verdad.
—Lali lleva dos días enteros haciendo el vago —dijo Cande sonriente—. Todo un récord.
Lali miró a su amiga y pensó en sus encuentros nocturnos.
—Pienso tirarme dos semanas enteras haraganeando —afirmó. A partir de ese mismo día, se dijo para sus adentros.
—Pero puede que esta parte de la isla no sea tan tranquila como parece —comentó Belen, pasando una uña por el borde de su copa.
Lali vio a Benja enarcar las cejas como sorprendido mientras que Agus frunció el ceño disgustado.
—Haremos lo posible por que haya paz durante la visita de Lali —medió Cande—. No suele quedarse mucho tiempo y ya que esta vez ha decidido pasar cuatro semanas enteras, nos ocuparemos de que tenga unas vacaciones agradables y sin sobresaltos.
Lali trató de no atragantarse con el vino. ¡Sin sobresaltos! Si Cande supiera...
—¿Quieres más? —Benjamin se levantó y le acercó la botella.
Belen empezó a dar golpecitos con los dedos en el brazo de su silla.
—En fin, supongo que es posible que haya gente a la que le guste aburrirse.
—Relajarse —matizó Agus con un tono ligeramente cortante.
—El trabajo de Lali es muy estresante —añadió Cande mientras pasaba una mano por la espalda de su marido—. Todos esos políticos extranjeros y tanto protocolo.
Benja sonrió a Lali mientras le servía más vino en la copa.
—Estoy seguro de que cualquier persona con el talento de Lali tiene que tener un montón de historias fascinantes que contar.
Lali alzó las cejas. Hacía mucho tiempo que no recibía una sonrisa masculina de admiración tan cálida y sincera.
—Puede que tenga alguna —contestó.

 
El sol se hundía en el mar. Una luz rosada entraba por las puertas abiertas de la terraza y bañaba la habitación. Cielo rojo, pensó Lali. ¿No era señal de que el mar estaría en calma? Eso esperaba después de dos noches tan revueltas.
Sus primeros dos días en Lesbos no habían sido, ni mucho menos, tan tranquilos como Cande había dicho. Pero sí que lo serían los siguientes. Con suerte y un poco de cuidado, no volvería a encontrarse con aquel atractivo lunático.
Lali vio su propia sonrisa reflejada en el espejo y cambió de expresión al instante. Quizá, cuando regresara a Nueva York, iría a ver a un psicólogo. Cuando una se empezaba a interesar por lunáticos, el peligro de convertirse en uno de ellos era grande. Debía olvidarse de aquel hombre, se ordenó con firmeza mientras abría el armario. Tenía cosas más importantes en las que pensar, como qué se pondría para cenar.
Lali no tardó mucho en elegir un vestido blanco de mangas largas y falda hasta los tobillos. Benjamin la había animado a explotar un poco su lado femenino. Esa noche iba a divertirse. Hacía demasiado que no coqueteaba con un hombre. Una vez más, se acordó de cierto hombre moreno y despeinado con un ligero vello en la barbilla. Tenía que controlarse, se dijo Lali. Aquello había sido algo más que un simple coqueteo. Cruzó la habitación para cerrar las puertas de la terraza y asintió satisfecha con la cabeza. Asunto arreglado, decidió.

 
Cande se deslizaba alrededor del salón. Se alegraba de que Lali no hubiese bajado todavía. De ese modo, haría toda una entrada cuando apareciese. Sonrió satisfecha y miró a su alrededor. Había elegido una luz suave y agradable. Una fragancia floral se filtraba desde el exterior por las ventanas abiertas. El vino que había encargado le daría el toque final perfecto para rematar una velada romántica. Ya sólo faltaba que Lali estuviese dispuesta a colaborar. —Peter, me alegra que hayas venido —Cande se acercó a Peter con los brazos abiertos—. Es estupendo estar todos juntos en la isla al mismo tiempo, para variar.
—Verte siempre es un placer, Cande —respondió él con una sonrisa cálida—.Y no sabes cómo agradezco descansar del ajetreo de Atenas durante unas semanas... Te lo juro: cada vez que te veo estás más guapa —añadió tras levantarle una mano para darle un beso en el dorso y mirarla a los ojos.
Cande rió y lo agarró por un brazo.
—Vamos a tener que invitarte a cenar más a menudo. ¿Te llegué a dar las gracias debidamente por la maravillosa cómoda de la India que me encontraste? —Cande lo condujo hasta el mueble donde estaban las bebidas—. Me encanta.
—Sí, me las diste. Me alegro de que te guste.
—Siempre encuentras el mueble perfecto. Me temo que Agus no distinguiría entre una cómoda india y un poncho peruano —dijo y Peter soltó una risotada.
—Bueno, cada uno tiene sus talentos.
- Anda, aquí viene Lali. Ella te entretendrá mientras yo cumplo misiones diplomáticas.
Peter siguió la mirada de Cande y vio a Lali entrando en el salón.
—Seguro que conseguirá entretenerme —murmuró.
Le gustaba el vestido que había elegido, blanco y suelto, seductor e inocente a la vez. Se había dejado el pelo suelto y le caía sobre los hombros como si acabase de levantar la cabeza de la almohada. Era bien guapa, pensó al tiempo que sentía un primer cosquilleo. Siempre había sentido debilidad por la belleza.
—Lali —la llamó Cande, agarrándola por un brazo, antes de que pudiera saludar siquiera a Benjamin—. Te presento a Peter Lanzani. Peter, Lali Esposito. Si me disculpáis, tengo que arreglar un asunto —añadió, dando por zanjada la presentación.

 
Bien,al fin se encuentran...que pasarà en la cena?
Los proximos capitulos son interesantes porque lali se harà preguntas,ya que sabe que peter es el hombre que la atrapò...no es muy normal que un hombre asì estimado sea tambien un hombre pericoloso?Quien es de verdad peter lanzani?Que hacia en la playa aquella noche?De cierto no se banaba,como lali....
+10 FIRMAS Y OTRO

 

 

 

12 commenti:

  1. Yo tambien me pregunto quien es realmente Peter?

    RispondiElimina
  2. Tambien me pregunto quienes son en realidad Benjamin y Belen,desde ya no me caen!

    RispondiElimina
  3. Con ese vestido deberia parecer una princesa!

    RispondiElimina
  4. Cómo hará Lali para entretener a Peter,sin ser obvia!Sin ponerse nerviosa con su cercanía!

    RispondiElimina
  5. Quiero saber cómo reacciona Lali al irse Cande con peter!

    RispondiElimina
  6. Subo otro cap
    MASSSSSSSSSSSSSSSSS

    RispondiElimina
  7. Hahaha cm reaccionara lali masss

    RispondiElimina