martedì 14 agosto 2012

10 capitulo parte 1

Hola a todasssss,espero que tengan un buen dia…Acà les dejo la PRIMERA PARTE del capitulo 10,son dos partes asique firman rapido que subo la otra parte y mas capitolo…

+8 FIRMAS Y MAS


 

Mientras ella se alejaba, contempló con apreció el femenino contoneo de sus caderas y apenas pudo reprimir un gruñido de protesta al ver el efecto que produjo la contemplación de su redondeado y alto trasero en otros vulnerables miembros del sexo masculino que circulaban por allí.

No había duda alguna de que su deber consistía en protegerla ante tanta vulnerabilidad.... y la tentación que solía acompañar a ésta.

Por su propio bien, Lali necesitaba un hombre en su vida y un anillo en el dedo.

¿Un anillo? ¿Su anillo?

¿De dónde diablos había salido aquel absurdo pensamiento?

Cuando salieron del pueblo tuvieron que parar a echar gasolina y frunció el ceño al ver la mirada que dirigió a Lali el conductor de otro coche que estaba repostando.

-Parece que has hecho una conquista -comentó burlonamente cuando volvió a poner el coche en marcha.

-Probablemente se debe a mi pelo -contestó Lali con total naturalidad. Ya se había fijado en cómo miraban los franceses su pelo rubio.

-Sí, y al resto -creyó oír murmurar a Peter. Pero cuando se volvió a mirarlo notó que al coche le pasaba lo mismo que aquella mañana.

¡Se negaba a arrancar!

Contuvo el aliento mientras Peter lo intentaba una y otra vez. Respiró aliviada cuando lo consiguió a la cuarta.

Media hora más tarde Lali divisó el mar y dio un gritito de placer. -¿Quieres que nos paremos a echar un vistazo? -sugirió Peter a la vez que reducía la marcha.

Lali sintió la tentación de aceptar, pero sabía que estaban tardando en llegar a la casa de campo más de lo que tenía previsto. A pesar de lo mucho que la atraía la idea de pasear con él por una playa desierta, negó con la cabeza.

P eter reconoció la añoranza de su mirada y sonrió pero, como ella, era consciente de cuánto estaban tardando en llegar a su destino, de manera que volvió a pisar el acelerador.

-Ya falta poco -aseguró mientras tomaba una carretera más estrecha que se alejaba de la costa.

Unos minutos después llegaban al lugar que buscaban, una finca con una agrupación de pequeñas edificaciones de tejas rojas situada en la ladera de una colina que daba al mar.

Sin decir nada, Lali bajó las ventanillas para aspirar la fragancia del aire, cargado de olor a lavanda y a la glicinia que adornaba los muros de la finca. Tras éstos, divisó una modernísima piscina que, desde donde estaba, parecía fundirse con el agua del mar.

En conjunto, el lugar combinaba una mezcla perfecta de tradición y diseño moderno. Si aquel lugar fuera suyo, pensó, no podría soportar dejárselo a nadie más.

-¡Qué maravilla! -murmuró, y se volvió a .mirarlo.

-Es la primera vez que veo el lugar -dijo con voz ligeramente ronca, como si se sintiera tan afectado por la belleza del lugar como Lali pero tratara de disimularlo-. En directo, quiero decir -corrigió-. El agente me envió unas fotos y un vídeo. Le dije que quería un lugar privado, y no hay duda de que éste lo es.

-Es un lugar celestial -dijo Lali, que salió del coche sin apenas darse cuenta de que lo hacía.

Una suave brisa acarició su rostro y lo volvió hacia el sol a la vez que cerraba unos momentos los ojos.

-En eso consisten los perfumes -dijo, abriendo los brazos-. Flores, tierra, aire, mar... en capturar los aromas de la naturaleza. ¡Ningún producto de laboratorio podría reproducir algo así! -concluyó apasionadamente.

Él la miró sobriamente. La brisa pegaba la ropa a su cuerpo, lo que hacía resaltar sus curvas. Sintió la tentación de discutir lo que había dicho, de recordarle que había aceptado trabajar con productos de laboratorio, pero no quería introducir una nota de conflicto en aquel día, por otro lado perfecto. Los ojos de Lali reflejaban la intensidad con que sentía las cosas, y supo irrevocablemente que quería compartir aquella pasión y que, peligrosamente, la quería a ella.

-Vamos a echar un vistazo dentro.

La aspereza del tono de Peter desconcertó a Lali. ¿Le habría parecido tonta y excesivamente emocional su reacción ante lo que la rodeaba? Al ver que la estaba esperando, caminó hacia él.

Dentro, la casa de campo era tan perfecta como por fuera. La cocina estilo rural daba a un patio en el que había una mesa grande, sillas y un montón de tiestos con geranios y otras flores. También había una antigua bomba de agua.

La planta baja incluía además un comedor y un enorme salón con grandes ventanales.

Arriba había cinco dormitorios espaciosos con baño. Según iba recorriendo la casa, Lali iba sintiendo más envidia de su dueño, sobre todo cuando le dijo que los terrenos de la casa se extendían hasta el mar e incluían una pequeña playa privada.

-Es una maravilla.

-¿Te gusta?

-¿Cómo no iba a gustarme? Si fuera mío no podría soportar alquilarlo.

En cuanto Lali dijo aquello se encontró haciendo planes para preguntar al agente si creía que los dueños estarían dispuestos a vender. Después de todo, la compañía iba a necesitar una base permanente en Europa, sobre todo después de haber adquirido Francine.

«Vamos», se burló de sí mismo. «Ese no es el verdadero motivo, y lo sabes». No. No era a sí mismo trabajando con su ordenador lo que estaba imaginando en aquella casa, sino a Lali y a él... y lo que estaban haciendo no era precisamente trabajar.

-No sé tú, pero yo ya estoy listo para comer -dijo a la vez que apartaba aquellos pensamientos de su cabeza. Miró su reloj-. Ya son más de las tres.

Lali no se había dado cuenta de la hora que era, pues estaba totalmente enfrascada con la casa.

-¿Dónde quieres comer? ¿Dentro o fuera? -preguntó él.

-Fuera, si no te importa.

-¿Junto a la piscina?

A modo de respuesta, Lali sonrió, y él se preguntó cómo se las estaba arreglando para no besarla a cada instante.

-Es una pena que no hayamos traído los bañadores -dijo Lali inocentemente mientras contemplaba la piscina .

-¿Y quién dice que los necesitemos? - rió al ver la expresión de Lali-. No me digas que, viviendo junto al mar, nunca te has bañado desnuda.

Lali negó vehementemente con la cabeza.

-Desde luego que no -dijo con firmeza, pero la expresión de sus ojos era claramente nostálgica.

El mero pensamiento de nadar desnuda con Peter en la piscina estaba haciendo que su imaginación entrara en terrenos muy peligrosos. Su abuela había pertenecido a una generación que pensaba que era el hombre el que debía ir tras la mujer, no al revés, y aunque Sadie sabía que aquello estaba anticuado, aún seguía creyéndolo. Tal vez por ello su experiencia en cuanto al sexo era bastante limitada... o al menos sospechaba que a Peter se lo parecería.

-No olvides que fui criada por mi abuela -se defendió al ver su expresión-. Además, el agua de la costa de Pembroke es muy fría.


 

+8 FIRMAS Y OTRO

11 commenti:

  1. Como quien dice estan asando el pollo a fuego lento!Estan levantando temperatura mutua...no creo q toleren mucho más!

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  2. Q amor él pensando en comprar el lugar para poder estar con ella!

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  3. Ese lugar me lo imagino como un real paraiso,ideal para nidito de AMOR!

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  4. Estos no hacen sino hachar leña al fuego y se van a quemar mas mas mas

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  5. Mas mas
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  6. Aqui en BsAs/ARG una tarde pasada por agua...ideal para leer novelas!

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  7. Lali poniendo como excusa a su abuela,x Dios ,si se muere x bañarse desnuda con el.

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