sabato 25 agosto 2012

15 capitulo


Hola,PERDON por subir tarde,como compenso voy a subir mas de un capitulo si ustedes FIRMAN MUCHO :D
+10 FIRMAS Y OTRO

 
—Sentaos un rato y disfrutad de las flores —añadió antes de marcharse.
—¿Quieres que pida un té? —le preguntó Cande a Lali mientras iban hacia el jardín.
—No. Y deja de tratarme como a una invitada.
—¡Dios!, ¿lo estoy haciendo?
—Sí, desde que...
Cande miró a Lali cuando ésta dejó la frase en el aire. Luego puso cara de fastidio.

—Vaya faena —dijo antes de dejarse caer sobre un banco de mármol. Rodeadas de la fragancia y el colorido del jardín, aislados de la casa y del mundo por los viñedos, ambas fruncieron el ceño—. No sabes cuánto siento que hayas sido tú la que lo ha descubierto. No, no te encojas de hombros como si nada. Nos conocemos hace mucho y de sobra. Me imagino lo duro que tiene que haber sido para ti lo de esta mañana. Y sé cómo debes de estar sintiéndote en estos momentos.
—Estoy bien, Cande. Aunque reconozco que no volveré a salir a por conchas durante una temporada —trató de bromear, pero Cande seguía molesta—. Por favor, no os hagáis esto. No os podéis culpar porque yo haya descubierto el cadáver. Ha sido... una terrible coincidencia: yo me he acercado a la cala y había un hombre muerto. Alguien tenía que encontrárselo.
—Pero no tú.
—Agus y tú no sois responsables.
—Mi lado práctico lo sabe, pero... —Cande suspiró, se encogió de hombros y consiguió sonreír un poco—. Pero no me gusta que te haya pasado esto estando en mi casa —añadió al tiempo que se encendía un cigarro y se levantaba para dar un paseo.
Un cigarro negro, observó con ansiedad Lali. Había olvidado que Cande había tomado la costumbre de fumar tabaco de su marido de vez en cuando.
Miró el rostro ovalado de Cande, de corte clásico, y cerró los ojos. Tenía que estar volviéndose loca para considerar, siquiera durante un instante, que Cande podía estar envuelta con temas de contrabando y asesinatos. Conocía a esa mujer desde hacía años, habían vivido juntas. Si había una persona a la que conocía tan bien como a sí misma, sin duda que era Cande.
Pero ¿hasta dónde estaría dispuesta a llegar por proteger al hombre al que amaba?
—Tengo que reconocer que, aunque me sitúe a la altura de Belen, ese policía me ponía nerviosa —continuó Cande—.Era demasiado... respetuoso —añadió tras detenerse en busca del adjetivo preciso.
—Sé a qué te refieres —murmuró Lali. Tenía que dejar de darle vueltas a la cabeza, se dijo. Seguro que en cuanto dejara de pensar, se sentiría mucho mejor.
—No sé qué esperaba averiguar, interrogándonos de ese modo —Cande hizo un gesto brusco con el brazo y el anillo de casada relució en su dedo.
—Estaría siguiendo el procedimiento normal en estos casos, supongo —dijo Lali sin apartar la vista del anillo. Un anillo que simbolizaba sus votos de amar, honrar Y respetar a su marido.
—No sé, ha sido muy desagradable —insistió Cande—. Además, ni siquiera conocíamos a ese Anthony Stevos.
—El capitán ha dicho que era pescador.
—Como tantos otros en la isla.
Lali dejó que el silencio las envolviera. Hizo un esfuerzo por reconstruir con detalle la escena del salón horas antes. ¿Cómo había reaccionado cada uno? Si no hubiese estado tan abotargada por el coñac y el susto, ¿habría reparado en algo especial? Había una persona más a la que había visto encender uno de aquellos cigarrillos caros.
—Cande, ¿no crees que Belen se ha puesto demasiado nerviosa? —preguntó con cautela—. ¿No ha protestado mucho por un par de preguntas?
—Belen es muy exagerada —contestó Cande con desprecio—. ¿Has visto cómo coquetea con Peter? No sé cómo la soporta.
—A él no parece importarle —murmuró Lali. Pero no, todavía no era momento de ocuparse de ese tema—. Es una mujer rara. Pero esta mañana... y ayer... Ayer, cuando hablé del contrabando, me pareció que estaba asustada de verdad.
—¿Asustada de verdad? No creo que Belen tenga sentimientos auténticos —contestó Cande—. Ojalá se olvidara Agus de ella.
—Es curioso: Benjamin ha dicho lo mismo más o menos —Lali miró una rosa distraídamente. Era en Belen en quien debía centrar sus sospechas. Si alguien podía hacer algo ruin y letal, era Belen—.Yo no la veo así.
—¿A qué te refieres?
—Belen, yo sí creo que tiene sentimientos —respondió Lali, devolviendo la atención a su amiga—. De hecho, diría que tiene demasiados sentimientos. Puede que no saludables, destructivos quizá; pero tiene mucha agitación.
—No la soporto —resumió Cande—. Es un incordio. No sé cuánto tiempo y dinero ha gastado Agus en ella. Y lo único que saca son groserías y muestras de ingratitud.
—Agus tiene un sentido del deber muy fuerte hacia la familia —dijo Lali—. No puedes protegerlo de...
—Puedo protegerlo de lo que haga falta —atajó Liz con vehemencia al tiempo que tiraba la colilla del cigarro al suelo. Lali la miró espantada—. Maldita sea, estoy dejando que esto me afecte demasiado —añadió más calmada.
—Todos estamos nerviosos —dijo Lali—. No ha sido una mañana fácil.
—Lo siento, Lali. Es que Agus está muy disgustado con todo esto. Y por más que me quiera, no es la clase de hombre que comparte todas las cosas con su mujer. Sus problemas... sus negocios... Es demasiado griego —Cande soltó una risilla y sacudió la cabeza con resignación.
—Cande, si pasara algo... quiero decir, si algo te preocupase de verdad, me lo dirías, ¿verdad?
—Venga, no empieces a preocuparte por mí ahora. Pero es que es frustrante querer tanto a una persona y que no te dejen ayudar. A veces me vuelve loca cuando se empeña en mantenerme alejada de los aspectos menos gratos de su vida.
—El te quiere —murmuró Lali.
—Y yo a él.
—Cande... —Lali respiró profundamente antes de decidirse a preguntar—: ¿Alex y tú paseáis a menudo por esa cala?
—¿Qué? —respondió distraída Cande antes de reaccionar—. Ah, no, la verdad es que preferimos pasear por el acantilado... cuando consigo sacarlo del despacho. No recuerdo la última vez que estuve en esa cala... Pero ojalá hubiese estado contigo esta mañana —añadió con suavidad.
Abochornada por la dirección que habían tomado sus pensamientos, Lali desvió la mirada.
—Me alegro de que no estuvieras. Agus ya tiene trabajo de sobra con una mujer histérica.
—No estabas histérica —corrigió Cande—. Para mí estabas hasta demasiado calmada cuando Pablo te trajo a casa.
—No he llegado a darle las gracias —dijo Lali, obligándose a dejar de desconfiar de todo el mundo—. ¿Qué piensas de Pablo?
—Es un hombre muy dulce. Parecía a gusto en el papel de caballero de la armadura —comentó Cande sonriente, aparcando también ella sus preocupaciones—. Yo diría que le gustas.
—Mira que eres casamentera —dijo Lali de buen humor.
—No, Pablo está bien para entretenerte, pero es del lado pobre de la familia de Peter —respondió Liz—. Preferiría verte con alguien mejor acomodado. Claro que... podrías pasarlo bien... un rato.
Como si supiese que estaban hablando de él, Pablo apareció en el jardín.
—Hola, espero no molestar.
—¡En absoluto! —aseguró Cande, dedicándole una sonrisa radiante—. Los vecinos poetas siempre son bienvenidos en esta casa.
Pablo esbozó una sonrisa entre tímida e infantil con la que ganó varios puntos a ojos de Cande.
—Quería saber qué tal va Lali —dijo justo antes de mirarla—. Ha sido una mañana horrible. ¿Estás mejor?
—Estoy bien —Lali le apretó una mano cariñosamente—. Le estaba diciendo a Cande que no te he dado las gracias por todo lo que has hecho.
—Sigues blanca.
—Me da que eso es por el invierno de Nueva York —respondió sonriente.
—¿Empeñada en hacerte la valiente? —preguntó Pablo de buen humor.
—Empeñada en no ser tan cobarde como esta mañana.
—El caso es que me ha gustado cómo te abrazabas a mí —comentó y se giró hacia Cande—. Quiero robártela una tarde. ¿Me ayudas a convencerla de que necesita divertirse un poco?
—Cuenta conmigo.
—Venga, ven conmigo. Cenaremos juntos —dijo, dirigiéndose a Lali de nuevo—. Daremos una vuelta por la isla. Un poco de licor de anís, buena compañía... ¿qué más puedes pedir?
Lali necesitaba salir de la casa y olvidarse de todas sus dudas.
—¿A qué hora quedamos? —le preguntó sonriente a Pablo.
—¿A las seis te parece bien? Te enseñaré los sitios más bonitos. Peter me ha dejado su Fiat mientras esté aquí, así que podemos movernos con tranquilidad.
Lali notó que estaba apretando los dientes y se forzó a relajarse.
—A las seis entonces.
ADELANTO:Peter en la lancha con belen...no les gustarà...
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12 commenti:

  1. Uuu gane imagino q no me gustara masss

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  2. Massssss lali tiene un lío en la cabeza mas mas mas mas

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  3. Ya quiero el próximo, no me gusta belen y no me gusta como pablo se interesa en lali y tampoco me gusta como peter se comporta ni con lali ni con belen! Parece q como debe guardar algún secreto q por eso no le puede negar muchas cosas a belen!

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  4. Me acabo de poner al corriente, creo que Beleb esta involucrada en algo y que agus puede ser su hermano jajaja y es por eso que la cuida y le cubre lo que hace y benjamin la quiere por eso también la cubre pero Cande sabe eso y por eso le cae tan mal. Peter es detective y quiere saber mas de Belén para sacar información y Lali se muere de celos por Belén.
    Gracias por los caps espero el otro con ansias!!!!!
    @Titel842

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