11 capitulo

Me parece que no puedo mas,me estoy quedando dormida delante la computadora jajaja

Si hay muchas firmas manana subo mas de uno,sino queria empezar a subir uno o dos por dia,porque quiero saber las hipotesis de todas las que leen!

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SI NO HAY FIRMAS NO SUBO
 

Media hora después, Peter cerró la puerta de su casa de un portazo. Estaba de mal humor. Entró en el salón, se sirvió otra copa y se desplomó sobre un sofá. ¡Maldita mujer! No tenía tiempo ni paciencia para convencerla de que debían acostarse. Seguía sintiendo una punzada de deseo en su interior, así que dio un trago para anestesiarla. No era más que una necesidad física, se dijo. Tendría que buscarse a otra mujer, a cualquier otra mujer, para liberar parte de la tensión acumulada.

—Ah, ya has vuelto —dijo Nicolas entrando en el salón. Advirtió la irritación de Peter y la aceptó sin hacer comentarios—. La señorita es más guapa de lo que recordaba. ¿Cuánto le has contado? —preguntó al tiempo que se dirigía al mueble bar para servirse una copa.

—Sólo lo necesario. Es muy perspicaz. Y más descarada todavía. ¿Pues no va y me acusa de contrabandista? —exclamó y Nicolas soltó una risotada—. No sé qué te hace tanta gracia —añadió y Nicolas se limitó a sonreír.

—¿Le has hablado de Agus?

—De momento no.

—¿Es leal?

—¿A Agus? —Peter frunció el ceño—. Sí, llegado el caso, lo sería. No va a ser fácil sacarle información —añadió, conteniendo las ganas de levantarse para dar vueltas por el salón.

—Pero acabarás sacándosela.

—Ojalá se hubiera quedado en la cama esa noche —gruñó Peter.

Nicolas sonrió y se terminó la copa de un trago largo.

—No te la quitas de la cabeza y eso te tiene tenso —comentó. Al ver el ceño de Peter, soltó otra risotada—. Atenas espera tu llamada.

—Atenas se puede ir a freír espárragos.

Lali tenía tan mal genio como Peter cuando entró en la villa de los Sierra. Aunque, en realidad, no estaba enfadada. Ni sentía miedo ni rencor. En un par de días, Peter se las había arreglado para hacer algo que Jack no había hecho en todos los meses que habían estado juntos. Le había hecho daño.

Y no lo decía por los moretones que ya casi le habían desaparecido de los brazos. Era un dolor más profundo y que había empezado antes incluso de haberlo conocido. Había empezado en el momento en que Peter había elegido llevar el tipo de vida que llevaba.

No tenía que ver con ella. No tenía que ver con ella, iba repitiéndose una y otra vez. Pero no conseguía serenarse. Cerró de un portazo. Le habría gustado encerrarse inmediatamente en su dormitorio para no soltar ningún ladrido a nadie, pero Benjamin se lo impidió:

—Lali —la llamó—.Ven afuera.

Se forzó a sonreír y salió a la terraza. Belen estaba tomando el sol en una tumbona. La saludó por pura cortesía y Lali notó que la tensión se cortaba en el ambiente. Se preguntó si la había llevado ella consigo o si ya estaba de antes.

—Agus está hablando por teléfono —dijo benjamin mientras le ofrecía una silla—.Y Cande está solucionando un problemilla doméstico en la cocina.

—¿Sin intérprete? —preguntó Lali. Sonrió, empeñada en no dejarse amargar las vacaciones por Peter.

—Es ridículo —Belen hizo un gesto para que Benjamin le encendiera un pitillo—. Cande debería despedirlo y punto. Los estadounidenses tienen demasiada paciencia con los criados.

—¿De veras? —preguntó Lali, dispuesta a defender el carácter de su amiga y de su país—. No sabía.

—No creo que hayas tenido muchos criados —replicó Belen.

Benjamin intervino antes de que Lali pudiera contestar.

—Dime, ¿qué te ha parecido la casa de Peter? —preguntó al tiempo que le pedía con la mirada que disculpara la impertinencia de Beln. Sus ojos también indicaban algo que Lali ya había empezado a sospechar la noche anterior. Estaba enamorada de ella, pensó, y sintió lástima por él.

—Es un lugar maravilloso, como un museo sin organizar. Debe de haber tardado años en juntar todas esas joyas.

—A Peter se le dan bien los negocios —comentó Benjamin—.Y utiliza sus conocimientos y su posición para quedarse con las mejores piezas.

—Tenía una caja de música suiza —recordó Lali—. Dice que tiene más de cien años. Sonaba el Para Elisa... Mataría por ella —añadió tras exhalar un suspiro, de nuevo relajada.

—Peter es un hombre generoso si sabes cómo acercarte a él —dijo Belen con una sonrisa afilada como un cuchillo. Lali se giró y le mantuvo la mirada.

—Es posible —respondió y devolvió la atención a Benjamin—. Esta mañana me he encontrado con el primo de Peter.

—Ah, sí, el poeta estadounidense.

—Dice que se ha recorrido toda esta parte de la isla. Yo también estoy pensando en explorarla. Es una zona muy tranquila. Supongo que por eso me asombró tanto que Agus dijera que había problemas de contrabando.

Benjamin se limitó a sonreír, pero Belen se puso tensa. Lali se dio cuenta de que se había quedado pálida. Sorprendida por tal reacción, la observó atentamente. Era como si tuviese miedo de algo, pensó. Pero ¿de qué? ¿Y por qué?

—Es reprobable —comentó él—. Pero una práctica habitual, tradicional incluso.

—Extraña tradición —murmuró Lali.

—Tengo entendido que hay muchos policías vigilando esa clase de operaciones. Si no me equivoco, el año pasado murieron cinco hombres en un tiroteo en la costa de Turquía —Benjamin se encendió un cigarrillo—. Las autoridades confiscaron un buen alijo de opio.

—Qué horror —Lali notó que la palidez de Iona aumentaba.

—No son más que campesinos y pescadores. Les falta inteligencia para organizar una red de contrabando grande. Se dice que el jefe es brillante e implacable y que va tapado con una máscara cuando interviene en alguna operación. Al parecer, ni siquiera sus compinches saben quién es. Hasta podría ser una mujer. Supongo que esto le da un toque romántico a toda la historia —comentó Benjamin sonriente. De pronto, Belen se levantó y se marchó de la terraza—. Discúlpala —añadió tras exhalar un suspiro.

—Parecía molesta.

—Se molesta enseguida —murmuró él.

—Pero tú te preocupas mucho por ella —dijo mirándolo a los ojos. Benjamin se levantó y fue hacia la barandilla—. Perdona, benja. No pretendía meterme en tus asuntos.

—No, perdóname tú —dijo él—. Lo que siento por belen es... complicado. Creía que no se me notaba tanto.

—Lo siento —se disculpó Lali de nuevo.

—Es caprichosa, mimada —Benja sacudió la cabeza—. ¿Qué es lo que hace que una persona se enamore de otra?

Lali desvió la mirada.

—No sé. Ojalá lo supiera.

—Te he puesto triste. No me compadezcas. Antes o después, lo que hay entre Belen y yo se acabará resolviendo. Soy un hombre paciente —Benja volvió a sentarse junto a Lali, le agarró las manos y sonrió—. Ahora, hablemos de otra cosa. Tengo que confesarte que me encantan las historias sobre contrabando.

—Sí, es un tema interesante. Decías que nadie sabe quién es el jefe de la organización, ¿no?

—Eso dice la leyenda. Siempre que estoy en Lesbos, sueño con encontrar alguna pista que me permita desenmascararlo —contestó él y Lali no pudo evitar pensar en Peter.

—Pero el contrabando en sí no parece preocuparte tanto, ¿no?

—Eso es cosa de las autoridades —Benjamin se encogió de hombros—. A mí lo que me atrae es el misterio. El misterio —repitió entusiasmado.

—¡Menos mal!, ¡media hora discutiendo con un cocinero griego! Anda, Benja, dame un cigarro —irrumpió Cande, poniendo fin a la conversación sobre el contrabando. Se sentó y se dirigió a Lali sonriente—. Bueno, ¿qué?, ¿te ha gustado la casa de Peter?

Cuantas ahora desconfian de Agus?Cuantas odian Belen?Benjamin enamorado de belen?Agus implicado con el contrabando? Muchas preguntas,pero estan respuestas?
Diganme que piensan ustedes,sus hipótesis...
ADELANTO:Algo pertuba lali y harà que cambie su idea sobre peter
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