venerdì 24 agosto 2012

14 capitulo


Hola chicas,perdon por no subir auer,pero me fui a dormir,no podia mas..Ahora subo y despues voy a la piscina,cuando vuelvo SI HAY FIRMAS subo otro
FELIZ CUMPLE PETER Y ROCHI! :D
+10 FIRMAS Y OTRO

 

 
La sorprendió descubrir que se había dormido. No se había sentido cansada cuando Cande y Agus le habían insistido en que se tumbara, pero había obedecido simplemente porque sus últimas palabras con Peter la habían dejado sin fuerzas para resistirse. Miró el reloj y vio que era más de mediodía. Se había quedado dormida dos horas.
Amodorrada, con los ojos casi cerrados, Lali fue al cuarto de baño para echarse un poco de agua fría en la cara. El susto se le había pasado, pero la cabezadita la había dejado más cansada que fresca. En el fondo, sentía una profunda vergüenza: vergüenza de haber salido corriendo, aterrada, a la vista del cadáver; vergüenza por haberse lanzado desesperada en brazos de Peter y haber sido rechazada. Todavía notaba esa sensación de dependencia absoluta... y absoluto rechazo.
Nunca más, se prometió Lali. Debería haberse guiado por la cabeza en vez de por el corazón. Debería haber imaginado que no podía esperar nada bueno de un hombre como él. Un hombre así no tenía nada que ofrecer. Era lógico encontrar el infierno si miraba al diablo. Y, sin embargo...
Y, sin embargo, había sido a Peter a quien había necesitado y en quien había confiado; había sido con él con quien se había sentido a salvo al sentir que la abrazaba. Grave error, se dijo Lali, mientras se miraba en el espejo que había sobre el lavabo. Todavía quedaba algún rastro del impacto: las mejillas seguían pálidas y los ojos desorbitados; pero iba recobrando las fuerzas.

—No lo necesito —dijo en voz alta para oír las palabras—. No significa nada para mí.
Pero le había hecho daño. Alguien que le diera igual no la habría podido herir.
No permitiría que volviese a hacerlo, se prometió Lali. Porque no volvería a confiar en él. No volvería a acudir a él, pasara lo que pasara.
Dio la espalda al espejo, salió del baño y bajó las escaleras.
Al entrar en el vestíbulo principal, oyó el sonido de una puerta que se cerraba y unos pasos. Giró la cabeza y vio a Benjamin.
—¿Has descansado? —le preguntó éste mientras se acercaba. Luego le agarró una mano en un gesto lleno de cariño, apoyo e interés.
—Sí, me he quedado dormida. Me siento como una tonta —dijo y Benja enarcó una ceja—. Pablo ha tenido poco menos que subirme aquí en brazos.
Benjamin rió, le pasó un brazo alrededor de los hombros y la acompañó al salón.
—Las mujeres estadounidenses siempre tan fuertes e independientes...
—Siempre lo he sido —contestó Lali. Luego se recordó en brazos de Peter, lloriqueando y suplicándole que no la abandonara. Enderezó la espalda—. Tengo que serlo.
—Y te admiro por ello. Pero no creo que estés acostumbrada a tropezarte con cadáveres —comentó benja. Se fijó entonces en la palidez de sus mejillas y añadió con suavidad—: Perdona, no debería habértelo recordado. ¿Te preparo otra copa?
—No, no... ya he bebido suficiente —Lali acertó a esbozar una pequeña sonrisa y se apartó de Benja.
¿Por qué le ofrecía un hombro para apoyarse todo el mundo menos el único que quería? Pero no, en realidad no quería nada de Peter, se recordó. No podía permitirse que Peter le importara, y no necesitaba el hombro de nadie.
—Te noto tensa. ¿Prefieres estar sola?
—No —Lali negó con la cabeza y miró a Benja, que la miraba con calma. Siempre transmitía calma, pensó, y lamentó no haberse encontrado con él cuando corría espantada por la mañana. Se acercó al piano y deslizó un dedo sobre las teclas—. Me alegra que el capitán se haya ido. Me ponía nerviosa.
—¿Vazquez? No creo que debas preocuparte por nada. No creo ni que el asesino tenga que preocuparse por nada —dijo Benja soltando una risilla—. La policía de Mitilini no es famosa por su eficacia ni por su inteligencia —añadió mientras se sacaba la pitillera.
—Lo dices como si te diese igual que no atrapen a la persona que ha matado a ese hombre.
—Será un ajuste de cuentas. No me preocupa —contesto él—. Me preocupa más la gente a la que conozco. Y no me gusta pensar que estás preocupada por Vazquez.
—No me preocupa. Pero no me gusta el modo que tiene de mirar —respondió con el ceño fruncido mientras Benja se encendía un cigarro. Lali notó algo inquietante, como si supiese algo importante que no lograba recordar. Vio la columna de humo que salió del cigarro de Benja y preguntó—: ¿Dónde están todos?
—Cande está con Agus en su despacho. Belen ha salido a dar esa vuelta en lancha.
—Ah, sí, con Peter —Lali bajó la vista hacia las manos y la sorprendió encontrarlas cerradas en puño. Las abrió—. Debe de ser difícil para ti.
—Necesitaba escaparse. Estaba muy nerviosa con lo del cadáver.
—Eres muy comprensivo —dijo ella. Algo la hacía sentirse incómoda y, de pronto, notó que le dolía la cabeza—. Yo no creo que lo fuese... si estuviese enamorada —añadió tras acercarse a la ventana.
—Soy un hombre paciente y sé que Peter no significa nada para ella. No es más que un medio para conseguir un fin —Benja hizo una pausa antes de continuar—. Algunas personas no tienen capacidad de sentir emociones... ni de amor ni de odio.
—Qué vacío —murmuró ella.
—¿Tú crees? —Benja sonrió—. Para mí que todo sería más sencillo.
—Sencillo puede que sí, pero... —Lali dejó la frase sin terminar al darse la vuelta. Benjamin se estaba llevando el cigarro a los labios. De pronto, recordó, con total claridad, haber visto la colilla de un cigarro de esa marca cara en la arena, a pocos metros del cadáver. Un escalofrío le recorrió la espalda.
—¿Te pasa algo? —le preguntó Benja y ella pestañeó, despertando de su ensimismamiento.
—No... supongo que todavía no me he recuperado del todo. Puede que sí me anime a esa copa después de todo.
No quería beber, pero necesitaba un momento para serenarse. Una colilla no tenía por qué significar nada, se dijo mientras Benja iba al mueble bar. Cualquier isleño podía haber pasado por esa cala un millón de veces.
Pero era una colilla reciente, recordó Lali. Sólo estaba medio enterrada y estaba entera. Los pájaros no la habían picoteado. Si alguien hubiera estado tan cerca del cadáver, lo habría visto seguro. Lo habría visto y habría ido a la policía. A no ser...
No, esa idea era absurda, se dijo mientras controlaba un ligero temblor. No tenía sentido pensar que Benja pudiera estar involucrado en el asesinato de aquel hombre. Ni Benja ni Agus, se dijo mientras le llegaba el olor dulce del cigarro.
Ambos eran hombres civilizados y los hombres civilizados no se dedicaban a ir apuñalando a otros por la espalda. Los dos eran amables y educados. ¿No hacía falta cierta semilla de malignidad, algo frío e implacable para matar? Se acordó de Peter y negó con la cabeza. No, no quería pensar en él en ese momento. Sería mejor concentrarse en ese punto concreto y llegar a una conclusión.
Resultaba descabellado considerar que Benja o Agus pudieran ser los responsables del asesinato. Eran hombres de negocios, con cultura. ¿Qué tejemanejes iban a tener con un pescador de la isla? Pero, por más que le pareciera ridículo, Lali no conseguía librarse déla inquietud que la atenazaba. Tenía que haber alguna explicación lógica, insistió. Siempre había una explicación lógica para todo. Simplemente, seguía aturdida, nada más. Estaba haciendo una montaña de un detalle sin importancia.
¿De quién eran los pasos que oyó en la playa aquella primera noche?, insistió una vocecilla dentro de su cabeza. ¿De quién se escondía Peter?, ¿o a quién estaba esperando? Aquel hombre no había muerto por un ajuste de cuentas entre isleños. No lo creía, como en realidad tampoco había creído que hubiese muerto accidentalmente. Asesinato... contrabando. Lali cerró los ojos y tembló.
¿Quién llegaba del mar cuando Peter la había retenido oculta bajo los cipreses? Peter le había ordenado a Nicoals que lo siguiera. ¿Habría sido Agus?, ¿Benja?, ¿el hombre que había muerto quizá? Lali dio un respingo cuando Benja le acercó la copa.
—Sigues muy pálida. Deberías sentarte —le dijo.
—No... es sólo... supongo que todavía estoy un poco nerviosa, —Lali agarró la copa con ambas manos, pero no bebió. Le preguntaría, nada más. Le preguntaría sin rodeos si había estado en la cala. Pero al mirarlo a los ojos sintió miedo—. La cala... estaba preciosa. Parecía como si no la visitara nunca nadie. ¿Va... sabes si va mucha gente por ahí? —añadió y recordó que había muchas conchas hundidas por pisadas de personas.
—No puedo hablar por los demás —arrancó Benja—. Pero supongo que la mayoría de los isleños están demasiado ocupados pescando o en los viñedos para pasar mucho tiempo recogiendo conchas.
—Sí —Lali se humedeció los labios—. Aun así, es un sitio realmente bonito, ¿verdad? —añadió sin dejar de mirarlo a los ojos.
¿Se lo estaba imaginando o Benja la miraba con recelo?, ¿sería un efecto del humo que se interponía entre los dos?, ¿sus propios nervios?
—Yo no he ido nunca. Supongo que es como un estadounidense que no ha subido al Empire State Building —contestó él con desenfado. Lali siguió los dedos de Benja mientras éste apagaba el cigarro en un cenicero—. ¿Te pasa algo?
—No, no —aseguró ella—. Supongo que es la tensión, que me está afectando, como a Belen.
—No es de extrañar —contestó Benja esbozando una sonrisa amable—. Has pasado un trago muy duro, Lali. Pero ya está bien de hablar de muertos. Vamos al jardín. Hablaremos de otra cosa —le sugirió.
Estuvo tentada de negarse. No sabía por qué, pero no le apetecía estar con él. No en ese momento. Y a solas. Estaba intentando encontrar una excusa razonable cuando Cande apareció.
—Lali, tenía la esperanza de que seguías dormida.
Aliviada por la interrupción, Lali dejó la copa de coñac sin haberla probado y se levantó.
—Ya he descansado suficiente —contestó y advirtió síntomas de tensión en la cara de su amiga—. Pero a ti sí te vendría bien echarte.
—Echarme no, pero me apetece tomar un poco de aire.
—Justo le estaba proponiendo a Lali salir al jardín —Benja puso una mano sobre un hombro de Cande—. Anda, salid y relajaos. Agus y yo tenemos que resolver unos asuntos.
—Sí —dijo Cande—. Gracias, Benja. No sé qué habríamos hecho hoy sin ti Agus y yo.
—Tonterías —contestó él antes de darle un beso en la mejilla—.Vamos, tratad de olvidaros de todo esto.
—Sí. E intentad hacer lo mismo Agus y tú.
—Benjamin —dijo Lali avergonzada. Había sido todo amabilidad con ella y se lo había pagado sospechando de él—. Gracias.
Benja enarcó una ceja, sonrió y le dio un beso en la mejilla también a ella.
ADELANTO:Lali duda de alguien muy importante para ella
+10 FIRMAS Y OTRO

12 commenti:

  1. esta muy buena la nove la he leído pero no puedo comentar cuando estoy por el móvil pero me han gustado todas las noves

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  2. Cuando la limosa es grande hasta el santo desconfia

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  3. :0 lali ya se esta cuestionando mas eso me gusta mas mas mas

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  4. Benja muy tranqui esta con todo lo que paso! y para mi peter es poli!! Me encanta1 Más!

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  5. subi mas!!! y si puede ser pronto porfavvor!

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  6. wow tu nove me impresiona! acabo de empezar a lerla i en 30 minutos me he leido los 14 capitulos es muy buena!
    subi pronto que estoy ansiosa :)

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  7. ay!!! me muero sera que lali empieza a dudar de cande?? quiero saberlo subi mas!

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  8. Me encanta! mas cap, xfa ;DD

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