21 capitulo parte 2

Acà està...

+12 FIRMAS DE 4 PERSONAS DISTINTAS Y OTRO

Peter acusó el golpe: contrajo los músculos de la cara y bajó las manos. Lali le había pedido ayuda una vez y él no se la había ofrecido. Luego, cuando quería dársela, cuando necesitaba dársela, ya era demasiado tarde.

—¿Te sientas un momento?

—No, ya no es un sitio tan agradable como hace un rato.

—¡Deja de castigarme! —explotó él, agarrándole los brazos de nuevo.

—Suéltame.

Pero el ligero temblor de su voz le indicó algo que sus palabras no revelaban. Estaba más cerca de venirse abajo de lo que quizá ni siquiera ella sabía.

—De acuerdo, pero tienes que volver conmigo a casa.

—No.

—Si —Peter inició el regreso, tirándola de un brazo—. Tenemos que hablar.

Lali trató de soltarse, pero la tenía bien sujeta. Peter la obligó a avanzar sin molestarse en mirar hacia atrás.

—¿Qué es lo que quieres, Peter?, ¿más detalles?

Apretó los dientes antes de responder:

—Muy bien. Puedes contarme lo que quieras sobre Belen si te apetece.

—No me apetece —replicó Lali. Ya estaban llegando a las escaleras que conducían a la casa de Peter. Al darse cuenta, frenó en seco—. No quiero ir contigo.

—¿Desde cuándo me importa lo que tú quieres? —contestó él con amargura, empujándola hacia la puerta—. Café —le ordenó a Nicolas cuando éste apareció en el recibidor.

—Tú ganas, te daré detalles —se rindió enrabietada Lali mientras entraban en el salón—.Y luego, ¡haz el favor de dejarme en paz! Me encontré a Belen inconsciente, sin apenas pulso. Había una jeringuilla en la cama. Al parecer era adicta... Aunque tú ya lo sabías, ¿verdad, Peter? Tú lo sabes todo —añadió después de parar un momento a respirar.

Estaba agitada. Y pálida. Como al encontrar el cadáver en la cala, cuando aún confiaba en él y se había lanzado a sus brazos. Peter sintió un pinchazo en el pecho y extendió un brazo hacia Lali.

—¡No me toques! —chilló ésta descompuesta. Peter echó la cabeza hacia atrás, como si acabasen de darle un puñetazo. Ella se tapó la boca con las manos y se dio la vuelta—. No me toques —repitió en voz baja.

—No te pondré la mano encima ni una sola vez —le aseguró Peter al tiempo que apretaba los puños—. Pero siéntate, antes de que te desmayes.

—No me digas lo que tengo que hacer —contestó con voz quebrada, muy a su pesar. Lali se obligó a girarse para encarar a Peter—. No tienes derecho a decirme lo que tengo que hacer.

Nicolas entró, en silencio, atento. Mientras ponía la bandeja del café, echó un vistazo a Lali. Y vio lo que Peter no había visto: su corazón reflejado en los ojos.

—¿Quiere café, señorita? —le preguntó con suavidad.

—No, yo...

—Debería sentarse —dijo Nicolas. Antes de que Lali pudiera protestar, él la acercó a una silla—. El café está fuerte.

Peter se levantó. Se sentía impotente mientras veía a Nicolas manejar a Lali, como una gallina cuidando a un polluelo.

—Se lo serviré solo —dijo Nicolas—. Para que recobre el color de las mejillas.

Lali aceptó la taza y se quedó mirando el líquido que la llenaba.

—Gracias.

—Bueno, bébetelo —ordenó Peter, furioso porque el otro hombre hubiera conseguido lo que a él le había sido imposible—. Mirándolo no te hará efecto.

Como era verdad que necesitaba tomar fuerzas de algún modo, Lali se lo bebió deprisa.

—¿Qué más quieres saber? —le preguntó a Peter.

—Maldita sea, no te he traído para interrogarte sobre Belen.

—¿Ah, no? Me sorprendes —Lali, ya más serena, aparto la taza y se levantó de nuevo—. Aunque no sé por que ha de sorprenderme nada de lo que haces, la verdad.

—Me crees capaz de las peores atrocidades, ¿verdad? —Peter prescindió del café y fue al mueble bar—. Quizá hasta pienses que yo maté a Stevos y dejé el cadáver en la cala para que te lo encontraras.

—No —respondió Lali con calma, pues estaba hablando con absoluta sinceridad—. Lo apuñalaron por la espalda.

—¿Y?

—Tú mirarías de frente al hombre que fueses a matar.

Peter se alejó del mueble bar sin haberse llenado la copa, vacía en una de sus manos. Tenía los ojos negros, más negros que nunca. Tenían un brillo de pasión apenas, nada más que apenas contenida.

—Lali, anoche...

—No pienso hablar de lo que pasó anoche —atajó con frialdad, con un tono más tajante e hiriente que cualquier cuchillo.

—De acuerdo, olvidémoslo —Peter volvió al mueble bar y esa vez sí se llenó la copa. Había sabido que tendría que pagar un precio. Aunque no había imaginado que fuera a ser tan alto—. ¿Quieres una disculpa?

—¿Por qué?

Peter soltó una pequeña risa, resoplando por la nariz, al tiempo que apretaba la base de la copa. Apuró el contenido de un trago.

—Dios, no me había dado cuenta de que eras tan fría.

—No me hables de frialdad, Peter —Lali alzó la voz llevada por una pasión que se había prometido no sentir—.Tú te sientas aquí, en tu maravillosa casa, jugando tus sucias partidas de ajedrez con las vidas de los demás. Me niego a ser uno de tus peones. Ahora mismo hay una mujer casi muerta en un hospital de Atenas. Tu te enriqueces a costa de alimentar su enfermedad. ¿Crees que no eres culpable porque cruces el estrecho por la noche, como si fueras un pirata?

Con mucho cuidado, Peter dejó la copa y se giró hacia ella.

—Sé lo que soy.

Lali lo miró hasta que los ojos amenazaron con humedecerse.

—Yo también —susurró—. Que Dios me ayude.

Luego se dio la vuelta y salió corriendo. Peter la dejó marchar.

Y asì es..son tan....
ADELANTO:Vazquez duda de Peter y està muy cerca de la verdad...peter toma una decision
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