lunedì 30 luglio 2012

Primer capitulo de “Todo por un perfume”


Bueno,Perdon por subir tarde es que salì con mis amigas J acà està el primer capitulo firmen en muchas
10 FIRMAS Y OTRO


Lali sonrió cuando Cande, su mejor amiga, entró en la habitación en que destilaba los ingredientes de sus perfumes.
-Mmm... qué olor tan bueno -exclamó Cande, entusiasmada.
-Es un encargo personal que estoy elaborando.
-¿Para algún famoso? ¿Para quién?
Lali negó con la cabeza y rió.
-Ya sabes que eso no puedo decírtelo. Es un tema confidencial.
-Ya que la prensa ha averiguado que una famosa cantante te ha pedido que elabores un perfume especial para ella, sólo puedo asumir...
-No me hagas más preguntas al respecto -rogó Lali fervientemente a la vez que su sonrisa se transformaba en una expresión de preocupación. Sin duda, otras personas en su posición habrían dado la bienvenida a la publicidad que obtuvo cuando se supo que iba a elaborar el perfume de la cantante, pero Lali valoraba mucho su intimidad y el anonimato.
-¿Deduzco que aún vas a ir a Francia? -preguntó Cande.
Lali frunció el ceño.
-En realidad no tengo otra opción. Raoul está haciendo imposible que no vaya. Está decidido a vender la casa de perfumes a ese multimillonario griego...
-¿Te refieres a Peter Lanzani?
-Sí, o al Destructor Griego, como yo lo llamo.
-¿Destructor? -Cande movió la cabeza-. Está claro que ese hombre no te gusta.
-¡No me gusta lo que planea hacer con Francine, desde luego!
-Pero no hay duda de que es un hombre muy sagaz -dijo Cande-. El consorcio que dirige vale millones, y desde que contrató a ese diseñador de ropa para mujeres, no hay una que no sueñe en llevar una prenda con su etiqueta.
-¿No? -dijo Cande con expresión irónica-. Pues aquí tienes una que no tiene ninguna intención de hacerlo. Ese tipo no sólo quiere la casa de perfumes; también quiere los derechos del perfume que me dejó mi abuela. Raoul me está presionando para que se lo venda, pero no pienso hacerlo. Ese perfume fue diseñado por mi bisabuelo para mi bisabuela. Sólo se lo vendía a un grupo de clientes muy selecto. Mi abuela me dejó el secreto de su elaboración porque sabía que lo protegería. ¡El motivo por el que discutió con su hermano fue precisamente porque éste quería venderlo, como Raoul!
-En ese caso, no vayas a Francia -dijo Cande.
-No me queda más remedio. Soy dueña del treinta por ciento del negocio y no pienso permitir que Raoul se lo venda a ese... a ese...
-¿Dios del sexo? -concluyó Cande con un travieso brillo en la mirada.
-¿Dios del sexo? -repitió Lali en tono desaprobador.
-¿No has visto su foto en la prensa? -cuando Lali negó con la cabeza, Cande sonrió-. ¡Es un tipo increíble! Sus bisabuelos eran griegos y emigraron a Australia siendo bastante jóvenes.
-Pareces saber mucho sobre él.
-Es un hombre muy sexy... ¡y yo soy una mujer hambrienta de hombres sexy! -Cande volvió a sonreír-. Y hablando de eso, me parece una locura que sigas escondiéndote en Pembroke cuando podrías estar viviendo en París y en Cannes. ¿Y qué piensa Raoul de tu negocio, por cierto?
-Francine ya no hace perfumes únicos por encargo, así que en ese terreno no hay conflicto de intereses; pero me está presionando para que elabore uno. Me convenció para que me pusiera uno horroroso durante la feria; fue uno de los últimos errores de su padre. La abuela siempre decía que su hermano carecía de olfato, y a su sobrino parece pasarle lo mismo. Ahora quiere que cree un nuevo perfume para Francine.
-¿Y tú no quieres?
Lali suspiró, exasperada.
-Sí quiero. Claro que quiero. De hecho, crear un nuevo perfume para Francine sería un sueño hecho realidad. Pero... -alzó las manos expresivamente-. Como ya sabes, mis perfumes proceden de materiales totalmente naturales y se elaboran del modo tradicional, mientras que a Raoul le interesan los procedimientos modernos y los productos manufacturados químicamente. ¡Y no es sólo eso! Espero poder persuadirlo para que no siga adelante con la venta. El tiene la mayoría de la acciones, por supuesto, pero somos una de las poquísimas casas de perfumes tradicionales que quedan, y vender nuestra herencia por...
-¿Un plato de lentejas? -dijo Cande en tono burlón.
-No quiero vender el negocio a ese millonario griego, y así se lo he hecho saber a Raoul.
-Mmm, toda esta charla sobre pociones y lociones me recuerda... ¿Por qué no me preparas una mezcla especial para atraer a los hombres?
-Elaboro perfumes, no pociones mágicas.
-Es lo mismo, ¿no? elijo Cande en tono ligero, pero su expresión cambió al ver lo seria que estaba Lali-. Te preocupa algo más, ¿verdad?
Lali suspiró.
-Todo es tan complicado... Tal y como están las cosas, Francine vale muy poco en términos financieros. En realidad sólo queda el nombre, y eso es precisamente lo que quiere comprar el Destructor Griego.
-¿Sólo el nombre?
-¡No sé! Raoul me llamó anoche y me dijo que ha informado a Leoneadis Stapinopolous de que estoy trabajando en un nuevo perfume y que éste y mis habilidades formarán parte del trato. Le dije que no tenía derecho a hacer tal cosa. Tan sólo soy la accionista minoritaria de Francine. ¡No trabajo para la casa! -Lali se puso a caminar de un lado a otro, enfadada-. Raoul dice que sólo estoy poniendo dificultades y que no me doy plena cuenta de la maravillosa oportunidad que puede ser esta venta. ¿Pero una oportunidad para qué, Cande? No hay duda de que ganaríamos bastante dinero, sobre todo Raoul, pero la esencia de Francine quedaría destruida, y eso no puedo permitirlo. Pero me está presionando tanto... ¡Si hago lo que me pide estaré vendiendo mi alma! Anoche me recordó que había tenido mucha suerte al heredar la fórmula del perfume más famoso de Francine. De hecho, hizo que me sintiera un poco culpable al respecto.
-¿Culpable? ¿Tú? ¿Por qué ibas a tener que sentirte culpable? -preguntó Cande-. Sé que no es asunto mío, pero somos amigas hace mucho tiempo y creo que deberías ser un poco cauta en lo referente a tu primo -dijo con franqueza.
Lali sonrió mientras entraba en el vestíbulo de su hotel. Había reservado una habitación allí siguiendo los consejos de un cliente que le había hablado maravillas del sitio.
Aunque al encontrarse en Mougins se hallaba un poco lejos de Grasse, que era donde estaba el edificio con la perfumería y la casa en que vivía Raoul, no le importaba.
Aquel hotel era un remanso de paz y tranquilidad, no como los que prefería Raoul, que lamentaba enormemente no estar en posesión de la casa de París que en otra época perteneció a su familia.
. -¿Por qué decidiría nuestro bisabuelo vender la casa de París y conservar la de Grasse? ¡Cuando pienso en lo que habría valido ese lugar en París!
Lali no había dicho nada. Su propia abuela le había contado que tanto la casa de París como la tienda tuvieron que venderse para hacer frente a las deudas de juego de su hermanó, pero no había querido reabrir las viejas heridas familiares.
Había reservado la habitación para una semana con intención de compaginar el trabajo con visitas a los floristas de la zona, a los que compraba parte de los ingredientes naturales que utilizaba para sus perfumes.
Mientras firmaba el registro del hotel ocultó una sonrisa al ver que la elegante francesa que atendía en recepción olfateaba discretamente en su dirección. El perfume que llevaba Lali era único y se negaba a dárselo a nadie más, por mucho que se lo rogaran.
Estaba basado en la fórmula original que le había dado su abuela, pero con un sutil añadido personal que aligeraba el aroma original y realzaba el olor de su propia piel. Era la creación favorita de Lali, y sabía sin ninguna vanidad que si quisiera sería un éxito de ventas.
En su frasco, el perfume siempre le recordaba a su abuela, pero cuando se lo ponía era completamente único.
Cuando entró en su habitación comprobó que era tan cómoda, elegante y tranquila como había esperado. Tenía el tiempo justo para deshacer el equipaje y cambiarse antes de ir a Grasse a reunirse con Raoul para explicarle por qué se oponía que vendiera el negocio a Peter Lanzani , el Destructor Griego. Su boca se curvó en una mueca desdeñosa cuando pensó en los motivos del millonario para querer hacerse con Francine.
Sin duda había visto que varios de sus competidores ya se habían dado cuenta de las ventajas financieras que suponía poner en venta un perfume de éxito, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de mujeres que querían seguir el ejemplo de actrices y modelos que habían expresado su preferencia por algún exclusivo perfume tradicional.
Su desdén se transformó en un ceño fruncido mientras se ponía unos cómodos vaqueros. La ropa formal no era su favorita y, a fin de cuentas, aquélla no iba a ser una reunión oficial, sino una conversación con su primo y socio.
En otra época, Francine solía producir algunos de los perfumes de su tiempo, pero Lali sabía que el hermano de su abuela, el abuelo de Raoul, vendió casi todos los derechos de aquellos perfumes y utilizó el dinero para pagar sus deudas de juego y para financiar una serie de negocios que resultaron un completo desastre.
En el presente, lo único que producía Francine era una anticuada agua de colonia de lavanda y una crema para caballeros que, en opinión de Lali, no favorecían en lo más mínimo al nombre de la casa.
Lali se consideraba muy afortunada al haber encontrado una familia cerca de Grasse que no sólo cultivaba rosas y jazmines para la industria de la perfumería del modo tradicional, sino que también utilizaba el método de destilación tradicional. La familia Lafount producía una esencia de rosa y de jazmín de la máxima calidad, y ella tenía el privilegio de poder comprarles los materiales. Los hermanos Lafount, que ya tenían más de setenta años, habían conocido a su abuela, y Lali sabía que le permitían comprar las pequeñas cantidades que ella podía encargar por deferencia a ésta.
Mientras iba al aparcamiento a por su coche de alquiler, Lali se fijó en el revuelo de actividad que había en torno a una gran limusina Mercedes que tenía las ventanillas tintadas en negro. Pero tenía demasiado en qué pensar como para dedicar más que un vistazo a la escena mientras se alejaba.
Lali detuvo el coche pensando que si Raoul conseguía lo que quería y vendía Francine al Destructor Griego, la elaboración de los perfumes sería trasladada a alguna fábrica moderna y se llevaría a cabo con materiales modernos, y los empleados ya mayores que seguían trabajando para Francine perderían su trabajo.
Heléne, la anciana y poco amistosa ama de llaves de Raoul y que protegía a éste como un auténtico perro guardián, abrió la puerta a Lali con su habitual expresión de misantropía. Después la precedió por las escaleras hasta la puerta del despacho, donde se detuvo a dedicarle una final y suspicaz mirada antes de abrirla.
Lista para la batalla que sabía que estaba a punto de comenzar, Sadie respiró hondo y empezó a hablar en cuanto entró en el despacho.
-Raoul, no quiero que...
Pero se interrumpió a media frase, totalmente desconcertada por lo que vio.


10 FIRMAS Y OTRO

4 commenti:

  1. Mas Mas '' El Dios Del Sexo'' Jajajajaja Candela Nunca Cambia Mas Mas Mas'
    @DaniiVasqueez

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  2. ME ENCANTO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! MAS!!!!!!!!!!!!!!!! POR FAS!!! :) @LuciaVega14

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  3. Me encantaaaa!! Quiero maaaas!!!
    Un besito, @clau_carpediem

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