LEAN ACà
Hola chicas ya que cumplieron aquì està el 2 capitulo,manana queria
hacer una maraton,si estan deacuerdo me dicen mas o menos a que hora
quieren,tienen que saber que aquì en italia vamos 5 horas adelante respecto a
Argentina,asì que deciden ustedes la hora.Racomiendan la nove!!!! :D
7 FIRMAS Y SUBO OTRO
P.S Si quieren que les advierta cuando subo otro capitulo dejenme sus
twitters y les aviso ahì!
FIRMEN!!
FIRMEN!!
Un movimiento convulsivo del brazo hizo que Lali soltara las verduras que estaba cortando. Se alegró de estar hacia el fregadero, pues así su padre no podía ver su expresión.
—Así era, pero decidió regresar. Supongo que es lógico, de cierta manera. Su abuelo fue el único médico general en este sitio durante mucho tiempo y él fundó la clínica.
—Pero Peter siempre me pareció tan… tan ambicioso.
—La gente cambia —aseguró su padre con una sonrisa—. Mira tu caso, por ejemplo. Recuerdo que hubo una época en la que la simple mención del nombre de Peter, hacía que te pusieras roja como un tomate.
Lali forzó una sonrisa.
—Sí; mi enamoramiento de adolescente fue muy obvio, ¿verdad? ¡Gracias a Dios que una madura y se olvida de semejantes tonterías! Supongo que a todos los habré vuelto locos, en especial a Peter.
—Oh, no lo sé. Siempre me pareció que él te tenía un afecto muy
especial.
¡Un afecto especial! Si su padre supiera… Lo último que había esperado o deseado cuando regresó, de forma tan apresurada, a la casa paterna, al hogar y la seguridad, era encontrarse con Peter Lanzani de nuevo. Dudó de su capacidad para afrontarlo con ecuanimidad y reserva, en especial ahora que se sentía tan vulnerable y confundida. Se estremeció al recordar cómo los ojos grises del médico podían ver, en el pasado, a través de sus defensas y cómo esa voz profunda e incisiva hacía polvo sus torpes argumentos.
El corazón de la joven latía con violencia mientras servia la comida. Si
hubiese podido habría tomado el siguiente tren que fuera a Londres y allá se
hubiera quedado, pero era demasiado tarde. No podía arrepentirse ahora y,
además, tenía que pensar en sus padres. Su madre necesitaba de muchos cuidados
y la casa, de alguien que la mantuviera aseada.
Mientras fregaba los platos y cubiertos, su padre subió a charlar con su
esposa. Peter debía visitarlos a las tres y Lali se preguntó si podría inventar
alguna excusa para no estar presente cuando él llegara. Su rostro se encendió
al recordar el último y espantoso encuentro.
Era cierto que a los diecisiete ella estuvo enamorada del joven médico
como una tonta, pero lo que sus padres no sabían, era que Peter fue el
responsable indirecto de que ella decidiera ir a la universidad, lejos de su
pueblo natal, para luego trabajar en Londres. Después del último y traumático
encuentro, no había sido capaz de soportar la idea de verlo otra vez y, por lo
tanto, decidió huir, virtualmente. Sin embargo, eso fue innecesario, en realidad,
ya que, poco después, Peter se marchó de Setondale, en otoño, para continuar
sus estudios en los Estados Unidos.
Incapaz de soportar los recuerdos que brotaban en su mente, se encaminó
a la puerta trasera. Necesitaba salir, respirar el aire fresco y sereno para
recobrar el aplomo.
Afuera, el cielo se había vuelto más gris y amenazante, y el olor de la
humedad era más intenso. En las colinas, Lali pudo ver a un pastor con su
perro, llevando a las ovejas a pastos más bajos. Comenzó a caminar a una
velocidad que hizo ondear su cabello; la tensión le atenazaba los músculos y el
aire helado le flagelaba el rostro.
El camino que siguió era conocido, conducía a las faldas de las colinas
y, gradualmente, conforme avanzaba, la tensión en su interior fue cediendo.
Pasó frente a la vicaría, y su presencia perturbó a un perro, el cual ladró de
manera estruendosa. La casa y sus alrededores habían sido vendidos hacía poco,
pero no se detuvo a pensar en los nuevos habitantes del sólido edificio de
piedra.
¡Peter estaba de regreso! Su cuerpo se volvió a tensar mientras lanzaba
un profundo suspiro de angustia.
Su padre había dicho que Peter había sentido un afecto especial por
ella. ¡Cuán poco sabía!
Con unas cuantas palabras que quedaron grabadas para siempre en su alma,
Peter destrozó sus fantasías de juventud y destruyó su inocencia; exhibió ante
ella sus cándidos sentimientos de adolescente en una imagen distorsionada, lo
cual le causó una honda vergüenza y una angustia que aún ahora la atormentaba.
Todo fue culpa de ella, por supuesto. Debió haberse conformado con adorarlo a
distancia. Los padres de ambos habían sido amigos y, desde muy temprana edad, Lali
se había apegado mucho a Peter, aunque éste era ocho años mayor que ella. El
joven Lanzani vivió con sus padres mientras trabajaba como médico practicante
en el hospital de Alnwick. El enamoramiento de Lali había comenzado cuando ella
tenía dieciséis años, y sin duda se habría conformado con sólo verlo y suspirar
por él, de no haber sido por sus compañeras de escuela.
Eugenia Maguire era una de las muchachas más sofisticadas y precoces del
grupo y, por alguna razón desconocida, escogió a Lali como su mejor amiga. Ella
disfrutaba de la amistad un tanto protectora de Euge y, poco a poco había ido
perdiendo su reticencia y pudor para hablar con ella y sus otras compañeras
acerca de temas prohibidos como el sexo y el amor. Naturalmente, como Euge era
la que tenía más experiencia, o imaginación, fue la que llevó siempre la voz
cantante en esas charlas subrepticias.
Por supuesto, Euge terminó por hacer que Lali confesara todo lo relativo
a su amor por Peter y la instó a no ser
tan boba e infantil.
—Si lo quieres, tienes que ganártelo —dijo la precoz jovencita y sonrió
con malicia al agregar—: Es fácil, si sabes hacerlo. ¿Quieres que te diga cómo?
Una punzada en el costado hizo que Lali se detuviera y se apoyara un
momento en una gran roca. Una oleada de náuseas la recorrió y trató de apartar
de su mente las escenas del pasado. Recordar no le hacía bien alguno y, por más
que reviviera lo sucedido, nada podría hacer para cambiar los acontecimientos.
Se estremeció con violencia mientras aspiraba una bocanada de aire helado.
Ya debía haberlo olvidado todo. La memoria de Peter Lanzani debió
haberse desvanecido y perdido bajo recuerdos más dichosos de otros hombres,
pero permaneció inamovible entre ella y su culminación física como mujer como
una barrera infranqueable.
Sonrió sin humor al recordar la expresión de incredulidad de Benjamin cuando
se lo confesó.
—¿Todavía eres virgen? Pero ¡eso es imposible! ¡Caramba, Lali, basta con
que un hombre te lance una mirada para que te desee! Esos ojos, ese cabello
rojo y abundante… tu cuerpo. Todo eso no puede pertenecer a una casta doncella
victoriana.
Benjamin tenía la suficiente perspicacia para saber que no mentía. ¡Si
no hubiese estado casado! ¡Cuán dócilmente se hubiera rendido a su poder
sexual! Aunque no lo amaba, lo consideraba atractivo desde el punto de vista
físico. Había deseado su evidente habilidad para acariciar y hacer el amor,
pero no podía herir a Mery y, por lo tanto, el abismo de temor y vergüenza que Peter
había abierto entre ella y su sexualidad, se agrandó.
Mientras permanecía apoyada contra la roca, comenzaron a caer unos copos
de nieve. Sabía que tenía que regresar, pero no quería hacerlo; se consideraba
incapaz de enfrentarse con Peter hasta haber revivido todo el horror de esa
noche espantosa.
Bueno aquì està el segundo capitulo,7 FIRMAS Y SUBO OTRO,donde se
explica lo que pasò “esa noche”
a aa massssss noveeee
RispondiEliminapor fissss
aaaa pobre lalii!!!!
RispondiEliminaPobre Lali, ya me imagino la verguenza que debe haber pasado =/
RispondiEliminaQuiero maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas :)
Pobre Lali Me Imagino'Mas Mas Quiero Mas
RispondiEliminaMas Nove Mas Nove Mas nove
RispondiEliminamas nove y si quiero maraton mañana'
RispondiEliminaU.u pbre Lali que le habrá dicho Peter y porqe se lo habrá dicho lo que le dijo :/gracias por la nove @LuciaVega14
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