venerdì 27 luglio 2012

13 capitulo parte 1


Juli me matas jajaja Yo estaba en el mismo estado que vos cuando leì el libro jajaja Yo tengo 16 anos…Y si las otras te tienen que agradecer porque sin vos no estaria ni el primer capitulo jajaja
Quizas ese sea el ultimo que suba en unas oras porque tengo que salir y vuelvo mas tarde,cuando vuelvo continuamos con la nove....pero depende de ustedes si firmen rapido,o mejor si juli firma rapido subo otro capitulo antes de salir!
Si no subo rapido quiere decir que salì :)

+8 FIRMAS
Por supuesto, Benja insistió en acompañarla al andén; llevando la caja con el vestido y, una vez allí, volvió a besarla, ahora en la mejilla.
—Que tengas buen viaje. Ojalá pudieras visitarnos en los Estados Unidos.
La secretaria buscó el compartimiento de primera clase que tenía designado, con la esperanza de no toparse con Peter. ¿En dónde estaba Belen? ¿Por qué maligno giro del destino había decidido ella venir a Londres en el mismo momento que la pareja?
Se sentó en su lugar, lamentando no haber comprado algunas revistas para entretenerse en el trayecto. Decidió disfrutar, en cambio, de los encantos del paisaje y, cuando el tren comenzó a mover se, miró a través de la ventana. Deseaba que las cosas se arreglaran entre Mery y Benja. Los estimaba, pero tenía un afecto y simpatía especiales por ella.
Perdida en sus reflexiones, apenas se dio cuenta de que alguien se sentaba a su lado.
Por el rabillo del ojo, vislumbró la mano firme y bronceada y el inmaculado puño de la camisa blanca, y su estómago se contrajo al reconocer a quién pertenecían.
—¿Peter! —el nombre escapó de sus labios antes que pudiera contenerse y al volverse a mirarlo, confirmada su sospecha, vio la sonrisa desdeñosa con la que él recibió su ronco susurro.
— ¿Soñabas con tu amante? —no esperó la réplica de la joven y prosiguió— Es curioso como puede uno equivocarse ¿verdad Hubo un época en la que habría pensado que serías la última mujer en el mundo que se enredaría con un hombre casado.
El acre comentario lastimó a la joven y quiso desquitarse de la ofensa:
—La gente cambia, Peter.
—Empiezo a darme cuenta —el médico alzó la mirada y vio la caja con el vestido. Un brillo cínico y cruel endureció sus ojos y, luego de tocar el paquete con la punta de los dedos, preguntó—: ¿Qué es esto,: Lali? ¿Un pago por los servicios prestados, como el abrigo de piel?
Ella tuvo deseos de abofetearlo y sintió que el rostro le ardía, por la ira y el dolor.
Se puso de pie, trémula, tomó el paquete y trató de salir del compartimiento mientras decía con firmeza:
—¡No necesito que me paguen para estar con el hombre que amo!
Pero no pudo pasar. Peter tenía extendidas las largas piernas y ella no podría moverse sin entrar en contacto físico con él.
Con la voz enronquecida por la frustración, Lali dijo:
—Por favor, Peter; déjame pasar.
—¿Por qué?
Ella lo miró con ojos fríos como el hielo. Había en la expresión del médico un cínico regocijo. Estaba disfrutando de hostigarla así, y no tenía intención de dejarla pasar.
—Siéntate, Lali —ordeno con suavidad—. Estás haciendo una escena —ella miro a su alrededor y comprobó que en efecto varios pasajeros miraban con curiosidad en dirección de ellos—. Tengo mi auto en Newcastle y lo primero que debo hacer al llegar a Setondale, es a ver a tu madre. Le parecerá extraño saber que íbamos en el mismo tren y no nos vimos.
Lali comprendió que tenía razón, pero no tenía deseos de proseguir el viaje escuchando sus acres comentarios.
—¿En dónde está Belen? —preguntó con aspereza, luego de volver a sentarse.
—Se quedó en Londres; permanecerá unos días con su madre.
— Me sorprende que te permitiera regresar solo — comentó la joven con ironía pero en lugar de enfadarse Peter soltó una carcajada y sus ojos brillaron con extraña intensidad cuando se volvió hacia ella y murmuró, con tono burlón:
—Vaya, querida; cualquiera diría que estás celosa.
El podría obligarla a permanecer sentada a su lado, pero no a que hablara, se dijo Lali. Apretando la boca, se volvió hacia la ventana y miró al exterior. Podía sentir que la tensión atenazaba su cuerpo. Tenía la garganta reseca y constreñida.
El rítmico balanceo del tren la fue adormeciendo. Despertó cuando percibió la cercanía del cuerpo de Peter y su voz que susurraba su nombre al oído.
Sobresaltada, lo miró con estupor y se dio cuenta, por primera vez, que sus ojos no eran por completo grises, sino que tenían un círculo de tono azul oscuro, casi negro, alrededor del iris.
Fascinada, siguió contemplándolo, hasta que la firme voz de Peter la volvió, de golpe, a la realidad. Nerviosa desvió la mirada y la posó en la firme, plenitud de su boca. Se estremeció. ¡Cómo hubiera deseado pasar los dedos por esos labios bien dibujados; besarlos con suavidad! Avergonzada por esas sensaciones y pensamientos, se replegó y apartó el rostro.
—Te traje una taza de café y un emparedado.
¡Qué hombre tan complejo y extraño era Peter!, se dijo la joven cuando logró despertar por completo. Apenas una hora antes, la había hostigado con sus reproches y ahora, le hablaba con amabilidad, como lo había hecho cuando ella era una niña y él su ídolo adorado. Pero bajo esa superficie amable, casi indulgente y desenfadada, yacían peligrosos rasgos que ella nunca imaginó de niña y, en consecuencia, a pesar del talante amistoso que él mostraba ahora, mientras le contaba sobre los años que había pasado en los Estados Unidos, la secretaria se escudó tras un prudente laconismo.
Cada vez que él intentaba desviar la conversación hacia ella, Lali esquivaba las preguntas, sin permitir que le sonsacara la menor confidencia íntima. Y sin embargo, se daba cuenta, con de sazón, de que en otras circunstancias habría reiniciado con gusto su antigua amistad. Peter seguía ejerciendo sobre ella una fascinación que, sin duda, nunca desaparecería, pero sabía que si cedía a su influjo, quedaría por completo en su poder.
El tren estaba entrando a la estación de Newcastle cuando lo vio fruncir el ceño y sus ojos se ensombrecieron mientras decía:
—No será posible, ¿verdad, Lali? No hay forma de que volvamos a ser amigos. . . como antes.
La joven sintió que el corazón se le rompía en mil pedazos, pero logró responder con calma:
—¿Hay alguna razón para que volvamos a serlo?
Vio endurecerse el rostro del médico.
—No —masculló él, mientras apartaba la mirada—. Ninguna maldita razón —y luego tomó de manos de la joven la caja con el vestido, y a ella no le quedó más remedio que seguirlo afuera del tren y luego por los andenes hasta llegar adonde tenía estacionado su auto.
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12 commenti:

  1. hay que mulas tanto el como ella, me pueden son orgullos, como unos que se yo jaja

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  2. Looo logre me use al día cn la nove :') qe orgullo jajajja quiero agradecerte por siempre subir nove)? Jajajaj me encanto el cap ahora que Peter la trata mejor qe antes ella no lo quiere estos ds me confunden :(

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  3. Justo cuando no estoy en la compu se te ocurre decir que si firmamos rapido subis otro y sino tengo que esperar? ¬¬

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  4. Eres mala! a re que se enojaba con ella! jajajaa

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  5. Ya peter se va a tragar sus palabras y sus pensamientos!

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  6. Entiendo a Lali pero ya quiero que le diga la verdad! (si, suelo ser muy ansiosa )

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  7. :|cuanto falta para qe admitan qe se aman?.? Los quiero juntitos sin Belenes y Benjamines(?) Jajajajaj masssssss nove por fassss @LuciaVega14

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  8. Peter q saca conclusiones erróneas, benja q no ayuda y lali q no explica!!! Más!!!

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  9. Tampoco para tanto che! jajaja que el primer cap no lo lei =/ jajajaj no se, ese cap no me llamó la antencion y me lo saltee! jaja ;)

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  10. Noo no vale ahora que llegue me meresco la segunda parte Jajajajaj bueno pero encerio quiero masssss nove por fas!!

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  11. Bueno, habrá que esperar a que vuelvas para leer mas!
    beso

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  12. Te voy a esperar acá sentada en mi cama sin hacer la tarea solo por vos(? Jajajajajja xD

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