venerdì 27 luglio 2012

9 capitulo

Bien,acà està el 9 capitulo,me parece que en el proximo peter va a decir muchas cosas jajaja ESTEN ATENTAS,si quieren saber la historia de peter

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Ante la opción de humillar su orgullo y pedir a Peter que la llevara en su auto, o tomar el coche de su madre, no había mucho de donde escoger en realidad, se dijo la joven con amarga ironía.

Sabiendo que, debido a su desviación en la ruta para recoger a Lady Anthony y Belen, Peter tendría que salir temprano, Lali esperó hasta ver que su auto descendía por el camino vecinal, antes de sacar de la cochera el auto de su madre, un pequeño Renault.

Por suerte, el coche respondió al primer intento y fue relativa mente fácil de maniobrar. De cualquier manera, condujo con extrema precaución mientras avanzaba por el sendero cubierto de hielo.

Hacía un frío terrible ese día, y el viento del este flagelaba la piel. El cielo estaba gris y cubierto de nubes de tormenta, y Lali se alegró de haber llevado consigo el abrigo de zorro con capucha que Benja y Mery le habían regalado la Navidad anterior. Lo miró mientras se abría paso entre las angostas calles de Setondale.

Debió haber adivinado entonces lo que Benja tenía en mente. Era un regalo demasiado extravagante para una simple asistente, sin importar cuánto apreciara su desempeño profesional, pero aunque el regalo la había sorprendido, nunca se le ocurrió que sería el preludio para el cortejo de su jefe.

Encontró con facilidad las casas, estacionó el Renault a un lado del camino y se puso el abrigo antes de apearse'del auto. Por comodidad, se había puesto unos pantalones holgados y botas altas. La piel color ámbar de la capucha, que había alzado para protegerse del viento, resaltaba a la perfección su cabello rojizo. Temblando causa del viento helado, cerró con llave el auto y metió las manos en los bolsillos del abrigo, antes de encaminarse a los edificios.

Dominic Bryant y el alcalde, John Howard, ya estaban allí y la Saludaron cordialmente. Pero el señor Bryant la miró de una forma que ella había aprendido a reconocer durante sus años en Londres; sin embargó, ocultó su malestar tras una sonrisa amable, aunque distante y se apartó del hombre; al volverse de improviso, tropezó con Peter quien llegaba en ese momento.

Las palabras de disculpa se ahogaron en su garganta.

El viento le arrancó la capucha de la cabeza y revolvió sus rebeldes rizos, cubriendo con unos mechones rojizos su rostro. Alzó una mano, impaciente, para apartarlos y descubrió que estaba tan cerca de Peter que si daba un solo paso, sus cuerpos entrarían en estrecho contacto. Más allá de él pudo ver a Lady Anthony con su ahijada; ésta la miraba con los labios apretados y sus ojos eran como dardos de hielo azul. Lali se dijo que era el frío lo que la hacía temblar de esa manera, sintiéndose de repente vulnerable e insegura.

--¿Estas bien?

Aun a través de la gruesa barrera de su abrigo, Lali pudo sentir la presión de los dedos masculinos en su brazo, sosteniéndola.

Aspiró una bocanada de aire y casi se sofocó. Por alguna razón, le era imposible mirarlo a los ojos y, al mismo tiempo, no podía dejar de contemplar su rostro. Peter se había cortado al rasurarse, y los dedos de la joven ansiaron tocar esa pequeña herida. Tenía la boca reseca. Se mordió el labio inferior, con nerviosismo,, y entornó las pestañas para ocultar la expresión de sus ojos del escrutinio de Peter.

—Es muy lindo tu abrigo, Lali.

La joven agradeció a Lady Anthony que rompiera el tenso silencio con ese comentario y retrocedió un paso.

— Sí. . . sí. . . fue un regalo.

— ¿De tus padres? —preguntó Belen con lo que a Lali le pareció descortés curiosidad.

Educada para no mentir, le fue imposible hacerlo.

—No.. .,en realidad fue un obsequió de mi ex jefe. Estuvo a punto de agregar: "y de su esposa", pero no tuvo oportunidad de hacerlo porque antes que pudiera continuar Belen comentó con malicia:

—Caramba, sin duda te apreciaba mucho. Por supuesto, una se entera a veces de algunos jefes que obsequian a sus secretarias con lujosos abrigos de pieles, pero siempre creí que eso no sucedía en la realidad.

Hubo un breve e incómodo silencio durante el cual, Lali hubiera dado el mundo entero para no mirar al rostro de Peter. Leyó la reprobación en sus ojos y adivinó lo que pensaba. Lo peor era que la terrible insinuación de Belen tenía algo de verdad. Benja había querido seducirla, aunque ella fue tan ingenua que no se percató de ello sino hasta que no pudo hacer algo respecto al abrigo. Jamás se había puesto a pensar en lo costoso del obsequio, pues después de todo, Benja y Mery eran extravagantemente generosos, de manera que ella aceptó el 'regalo sin hacerse mayores cuestionamientos

Sin embargo, no podía explicar todo eso a Peter y, de cualquier manera, ¿por qué tenía que hacerlo? Se apartó de él y fue a reunirse con los demás, quienes no habían escuchado la conversación. ¿Qué diablos le importaba lo que Peter Lanzani pensara de ella?

—Peter, querido, entremos; hace un frío espantoso aquí afuera —enlazando un brazo con el de Peter, Belen pasó Junto a Lali, con una sonrisa de triunfo en los labios.

Una vez en el interior de la casa, la secretaria apartó a Peter de su mente y trató de concentrarse en su tarea. Había llevado con sigo una libreta y escuchaba con atención mientras el médico explicaba sus planes respecto a los dos edificios.

—Sería imposible hacer todo lo que queremos de inmediato, mas las posibilidades son éstas: contamos, además de las casas con más de media hectárea de terreno, lo que bastaría para extensiones y estacionamiento.

Visitaron las dos casas de arriba abajo, mientras Lali tomaba notas. Peter sabía con exactitud lo que quería y tuvo la habilidad de expresarlo de manera que lo entendiera cualquiera con familiaridad y, contra su voluntad, la joven se encontró animada por el entusiasmo del médico ante ese proyecto. No cabía duda de que era un plan meritorio y los demás pensaban lo mismo.

Ocupada en tomar notas, Lali no se percató de que Peter y ella se habían quedado solos en uno de los cuartos, sino hasta que alzó la mirada y lo vio estudiarla con una expresión pensativa, casi melancólica.

— Debe conocerte muy bien para haber escogido esto para ti —Peter alargó los dedos para tocar la suave piel del abrigo—. Nunca creí que llegarías a convertirte en una mujer capaz de enredarse con un hombre casado,Lali. Pensé que tendrías demasiado orgullo para eso.

El corazón le dolió por el esfuerzo que tuvo que hacer para no decirle que estaba equivocado, que no era amante de Benja, pero Peter tenía razón respecto a una cosa: tenía mucho orgullo. Demasiado para dar explicaciones a cualquier hombre y, especial mente, a él.

—Ah, aquí estás, Pitt querido. Mi madrina ya desea irse. Queremos que nos hagas el favor de quedarte a cenar con nosotras. Estoy de verdad fascinada con lo que piensas hacer aquí, aunque, en realidad te estás desperdiciando en un pueblecito como éste. Deberías ejercer en Harley Street, en Londres.

Charlando con animación, Belen se lo llevó consigo. A pesar de su abrigo de pieles, Lali sintió un frío intenso. Tembló con una mezcla de indignación y angustia. El abrigo la envolvía como una mortaja. . . ¡como una prisión La condenaba y. de repente, sintió un profundo odio por la prenda.

En realidad, Peter se había equivocado en una cosa: Mery era quien había escogido el color, no Benja.

Fatigada, con el ánimo en el suelo, siguió a los demás hacia la calle. La temperatura había descendido aún más y ya estaba oscureciendo. Abrió el auto y se deslizó al interior; encendió el motor y vio que el coche de Peter ya no estaba allí.

Condujo a casa lentamente, oprimida por una tensión que la obligaba a prestar toda su atención a lo que hacía. Entró al sendero rural y suspiró con alivio, pero el aliento quedó atrapado en su garganta cuando perdió el control del volante, el cual giraba por su cuenta como movido por una mano invisible, hasta llevar al coche a un costado del camino para hundirse luego en una zanja.

Le llevó varios minutos darse cuenta de lo que había sucedido y luego, toda una eternidad mientras pugnaba, desesperada, por librarse del cinturón de seguridad. Fue en vano. Horribles imágenes del auto, envuelto en llamas, con ella atrapada adentro, la asaltaron hasta que de improviso, la puerta del coche se abrió con violencia y dos firmes manos se alargaron hacia ella, librándola del cinturón para arrastrarla al exterior.

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12 commenti:

  1. Y Lali ¿por qué carancho no terminaste la oración? Valia aclarar que era regalo del jefe y su esposa =/

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  2. Espero que lo que diga Peter en el proximo no sea malo!

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  3. ¿Saldrán algunas cosas a la luz? :)

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  4. Se me hace facíl firmar esta novela porque se me ocurren muchas cosas que pueden pasar =)

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  5. Que sea Peter por favor!! (? Así no lo odiaria tanto, ya quiero escuchar la historia de el :)@LuciaVega14

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