6 capitulo

+15 FIRMAS DE 6 PERSONAS DISTINTAS Y OTRO


Mientras Lali pasaba al dormitorio para hablar con su madre, Peter miró a Luca. Resultaba obvio que se encontraba al borde de un ataque de nervios. No había pronunciado ni una sola palabra, pero el policía supo que Jeff buscaría la forma de aliviar el dolor; a fin de cuentas había pasado por situaciones parecidas a su edad y sabía reconocer los signos. Tal vez lo hiciera con el alcohol o tal vez con alguna otra droga. Sin embargo, sabía que en ninguno de los dos casos conseguiría cambiar la realidad.
—Me voy —anunció Luca poco después.
—¿Adonde?
—No es asunto tuyo.
—Tu hermano te necesita.
—Leon está bien.


—¿Tú crees? Pues no me ha parecido que estuviera nada bien cuando se marchó.
La expresión beligerante de Luca se suavizó un poco.
—¿Es que no está aquí?
—No.
—¿Y por qué has permitido que se marchara?
—Francamente, pensé que irías a buscarlo. A fin de cuentas es tu hermano, Luca, y te necesita.
—Bueno, es posible que esté afuera.
Luca se dirigió a la salida trasera de la casa y Peter consideró la posibilidad de dejarlo solo para que pudiera hablar con su hermano. Pero no quería arriesgarse a que huyera, así que lo siguió. Sabía dónde podía encontrarse Leon. Años atrás, Nicolas había construido una casa en un árbol para sus hijos, y de pequeños se escondían a menudo allí.
El árbol era tan frondoso y grande que Leon y Luca siempre habían dicho que estaba encantado. Y de noche, casi parecía que lo estuviera.
Desde abajo, Peter pudo oír los gemidos de Leon. Luca comenzó a subir el árbol, haciendo tanto ruido como podía, para que su hermano supiera que se estaba acercando. Cuando llegó arriba, Luca se sentó junto a Leon y Peter se alejó a cierta distancia. Quería tenerlos a la vista por si lo necesitaban para algo, pero no quería turbar su intimidad.
Se sentó en el escalón de la puerta trasera de la casa y encendió un cigarrillo mientras lo asaltaban los recuerdos. De niños, pensaban que podían ver todo el mundo desde la copa de aquel árbol. Pero al crecer se dieron cuenta de que el mundo era un lugar mucho más grande, un lugar inabarcable. Y por lo demás, muy lejos de ser idílico.
Al cabo de un rato, oyó las voces de los chicos.
—Es terrible —acertó a decir Luca.
—No lo entiendo —dijo Leon—. Papá nunca conducía deprisa. No es posible que se saliera de la carretera.
—Pues lo hizo.
—¿Crees que…? No sé qué pensar. Tal vez se haya matado por la discusión que tuvimos ayer. Estaba tan ensimismado con la posibilidad de pedirle a Lauren Patterson que saliera conmigo, que no presté la debida atención a los clientes. Papá se enfadó mucho conmigo. Se enfadó tanto que tal vez no debería haber subido al coche.
—La gente no tiene accidentes de tráfico porque sus hijos causen problemas —observó Luca, intentando animarlo—. Si fuera de otro modo, los padres se morirían antes de que sus hijos llegaran a la adolescencia.
Peter sonrió desde abajo. Luca siempre había sido un chico inteligente e irónico, pero por fortuna carecía de cinismo alguno.
—Entonces, ¿por qué? No lo entiendo —insistió Leon.
—Déjalo, Leon, no te tortures con eso. Papá ha muerto y eso es lo único que importa —dijo con amargura.
Los dos jóvenes se quedaron en silencio. Al cabo de un rato, Leon preguntó con voz asustada:
—¿Luca?
—¿Sí?
—¿Qué nos va a pasar ahora?
—Seguiremos juntos. Mamá, Lali, tú y yo. Saldremos de esta, de algún modo.
—¿Crees que Lali se quedará con nosotros?
—Claro…
—La llamé por teléfono y le dije que las cosas no iban bien. Hasta le pedí que viniera… ¿Crees que ahora se quedará?
—Lo hará. Tiene que hacerlo.
Peter se preguntó si Luca tenía razón. Había notado el dolor y el sentimiento de culpa en la mujer, y supuso que se quedaría aunque solo fuera por eso. Pero lamentaba que hubiera necesitado una razón tan terrible para volver a su casa.
—Bueno, pues no quiero que se quede —dijo Leon de repente—. No quiero verla en casa. No fue capaz de venir cuando le pedí que lo hiciese, y ahora es demasiado tarde.
Entonces, Leon bajó a toda velocidad del árbol y salió corriendo. Pero Peter reaccionó con rapidez y lo detuvo.
—No hables así de tu hermana —le dijo con suavidad—. Ella también está sufriendo. Ahora tenéis que estar más juntos que nunca.
Leon lo miró y maldijo en voz alta.
—Leon, tranquilízate —continuó el policía—. ¿Qué diría tu padre si te oyera decir esas cosas?
—No lo sé, porque no está aquí. Y ya no volverá nunca.
Leon se apartó entonces y entró en la casa.
Peter suspiró. No sabía lo que había podido pasar en el lago la noche anterior, pero sabía que el mundo de aquella familia no volvería a ser el mismo.
Mientras,Lali con Emilia...


Pobre familia L

Pusieron mucho tiempo por firmar L Si no les gusta hacemos algo...
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