sabato 22 settembre 2012

10 capitulo


Subo otra vez…
GRACIAS POR LAS FIRMAS J

+17 FIRMAS Y OTRO


Durante las últimas horas, Peter se había sentido como si volviera a ser un adolescente, inquieto y turbado ante la presencia de la mujer que deseaba. De hecho, cuando Lali se acercó para darle un beso en la mejilla a modo de despedida, él se movió lo suficiente como para que rozara sus labios. El contacto, sin duda leve, fue sin embargo suficiente para que se estremeciera.
Pero su sorpresa fue aún mayor cuando alzó la mirada y notó que ella también se había estremecido. Por desgracia, Lali apartó la vista de inmediato, como si acabara de recordar que su padre había muerto y que ese comportamiento no era nada adecuado en tales circunstancias.
Peter se maldijo a sí mismo. Lali acababa de perder a su padre y él no hacía otra cosa que intentar demostrarse algo así mismo. Y ni siquiera sabía qué.
Estuvo a punto de disculparse, pero no lo hizo. Una disculpa habría sonado aún más extraña y complicada que el roce de sus labios.


—Bueno, ve a dormir —dijo él, de forma súbitamente brusca.
—Tú también. Pareces agotado.
—Estoy acostumbrado a dormir poco…
—Pero supongo que no lo estás a descubrir a tus amigos en el fondo de un lago.
—No, eso no —admitió—. Sin embargo, no pienses mucho en ello. No te hará ningún bien.
—¿Y cómo puedo pensar en otra cosa? Tengo miedo de lo que pueda soñar si me quedo dormida. Hasta ahora, todo son palabras y nada más que palabras. Pero si me duermo, tal vez vea lo que tú viste ayer.
Peter tenía el mismo temor, porque la escena se le había quedado grabada en la cabeza. Aunque él no había sacado el cuerpo del agua, lo había distinguido bajo la superficie del lago. Y si era algo horrible para él, un policía acostumbrado a cosas peores, no podía ni imaginar cómo sería para Lali. Era una suerte que nadie de la familia se hubiera encontrado en el lugar del suceso.
—En ese caso, sígueme.
Peter la llevó al salón y la sentó a su lado en el sofá.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó ella, aunque no se resistió—. Peter, no es preciso que te quedes. Deberías volver a tu casa y dormir un rato.
—Puedo dormir en cualquier posición, sobre todo después de llevar veinticuatro horas despierto —explicó, mientras la animaba a apoyar la cabeza en uno de sus hombros—. Ahora, duerme un poco. Así, si tienes pesadillas, yo estaré a tu lado.
—No puedo permitir que te tomes tantas molestias…
A pesar de lo que acababa de decir, Lali no tardó demasiado en cerrar los ojos. Estaba muy cansada.
Al cabo de unos minutos, Peter notó que se había relajado y que su respiración era más lenta. Solo entonces, apagó la luz y se quedó dormido.


—¡Esto es el colmo!
Lali despertó al oír el enojado sonido de la voz de Luca.
—¿Qué sucede? —preguntó, todavía medio dormida—. ¿Te ocurre algo, Luca? ¿Va todo bien?
Lali sintió algo duro bajo ella y comprendió que no había estado apoyada en una almohada, sino en el pecho de Peter. Al moverse, él gimió y se estiró.
—Papá ha muerto y vosotros dos os lo hacéis en el salón de casa —la acusó Luca—. Al parecer, la vida es muy fácil para ti.
—No estábamos haciendo nada —explicó ella, con calma, mientras se levantaba del sofá.
Lali pensó que Luca estaba descargando su mal humor con ellos porque necesitaba hacerlo con alguien, pero ella no estaba dispuesta a dejarse arrastrar y discutir.
—Y pensar que me habías engañado… Papá creía que eras una especie de santa, pero ahora que se ha marchado, surge la verdadera Lali.
Las palabras de su hermano la hirieron profundamente y la devolvieron a la triste realidad de la muerte de su padre. A lo largo de la noche, envuelta en los brazos de Peter, había conseguido olvidarlo.
Abrió la boca con intención de decir algo, pero el propio Peter se le adelantó:
—No hables a tu hermana de ese modo. Le debes una disculpa.
—¿Por qué? ¿Por decir la verdad?
—Aquí no ha pasado nada raro, Luca, y lo sabes —dijo Peter—. Además, ¿no te parece que de haber querido hacer algo lo habríamos hecho en un lugar más cómodo? Tu hermana estaba muy triste y me quedé con ella. Eso es todo.
Lali notó el dolor y la confusión en los ojos de Luca y supo que su consternación no se debía a haberlos descubierto en el sofá, ni mucho menos. Aunque tenía veinte años, era un niño asustado ante el fallecimiento de su padre. Ella misma, con seis años más, estaba desesperada.
Decidida a arreglar las cosas entre ellos, cruzó la habitación y lo abrazó con fuerza. Al principio, él se limitó a quedarse en el sitio sin hacer nada, frío, sin respuesta emocional alguna.
—¿Has llorado? —preguntó ella, acariciándole la espalda.
—¡No pienso derramar una sola lágrima por él! —protestó, furioso—. No lo haré. Siempre se metía conmigo. No sé por qué debo sentir que haya muerto.
—Luca, era tu padre. Claro que os peleabais, eso es normal entre padres e hijos; pero no tiene sentido que niegues lo mucho que lo querías. Es natural que estés enfadado. Todos lo estamos. Y tienes derecho a estar triste.
Los ojos de Luca se llenaron de lágrimas, pero se dio la vuelta para que no pudieran verlo.
—No estoy llorando —acertó a decir.
—Bueno, está bien… ¿qué te parece si vas a la cocina y preparas el desayuno mientras yo me ducho?
—¿Sola? —preguntó con amargura, mirando a Peter.
—Sí, sola. Y deja de comportarte de forma tan injusta. Sabes de sobra que no hay nada entre Peter y yo. Peter siempre ha sido como un hermano mayor para todos nosotros… Anda, vete ya.
Cuando Lali se volvió para mirar a Peter, notó un brillo extraño en sus ojos. Parecía preocupado, o tal vez, triste.
—Tendrás que vigilarlo atentamente —le advirtió Peter—. Está furioso y todavía no sabe qué hacer con su rabia.
—Ninguno de nosotros lo sabemos —observó ella.
—Cierto, pero tú no eres un chico de veinte años que aún no se ha encontrado a sí mismo. Yo he pasado por eso. Sé lo doloroso que es y lo fácil que resulta elegir el camino equivocado.
—Pero tú nunca te equivocaste en tus decisiones.
Peter sonrió con ironía.
—Oh, claro que me equivoqué. Lo hice, pero tu padre siempre estuvo cerca y me ayudó a volver al camino. Luca, sin embargo, no tendrá tanta suerte. Ha perdido a su padre.
—Pero te tiene a ti, ¿no es cierto?
Peter asintió lentamente, algo sorprendido por el voto de confianza que implicaban las palabras de Emma.
—Yo haré lo que pueda, pero no es lo mismo. Y por lo que he oído aquí, esta mañana, dudo que me haga caso.
Lali suspiró.
—No, no será lo mismo, pero será bastante. Luca te idolatraba y estoy segura de que se apoyará en ti cuando se tranquilice un poco.
Sus miradas se encontraron durante unos segundos que parecieron una eternidad, hasta que Peter apartó la vista. Cuando volvió a observarla, había un brillo malévolo en sus ojos.
—Luca ha tenido una idea bastante interesante hace unos minutos…
—¿Cuál? —preguntó ella, con desconfianza.
—Has dicho que vas a ducharte. Pues bien, ahorraríamos agua si nos ducháramos juntos.
Lali rio ante la insinuación de Peter, pero el sonido de su risa resultó demasiado nervioso incluso para ella misma. Más de una vez, durante las últimas horas, se había preguntado por su forma de reaccionar ante aquel hombre; evidentemente, ya no era el hermano mayor que siempre había sido. Ahora era otra cosa.
—Ni lo sueñes, Peter —se burló ella.
Lali se marchó del salón. Y Peter, entonces, murmuró:
—Por supuesto que lo soñaré.
Jajaja que lindo peter
+17 FIRMAS Y OTRO

 

20 commenti:

  1. El q no arriesga no gana,Peter se tiró a la pileta!JAJA por ahora no habia agua,creo q la piscina se esta llenando de a poco!

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  2. apa sarpadito Peter eh? jajaja maaas nooove! Besos

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  3. 0www me encanta este peter! <3
    espero que no cambie, masss nove si?
    -jacky

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  4. Por fa uno mas me encanta la nove y este peter es re lindo y lali como que ya lo esta dejando de ver como el hermano mayor

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  5. Y además nadie te puede impedir soñar.

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  6. Entiendo la frustración d Luca,es normal actuar así ante una perdida ,y más en alguien tan joven.

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