martedì 25 settembre 2012

16 capitulo


Buen dia,chicaaaaas! GRACIAS POR LAS FIRMAS J

+20 FIRMAS Y OTRO


Cuando cayó la noche, Lali ya se sentía más tranquila. Todo lo que les había dicho a Marcel y a Cande era cierto. Incluso le había informado a su madre de la decisión de quedarse en Winter Cove, y aunque Emilia había protestado, era lo único que podía hacer. Al menos, por ahora.
Intentó animarse pensando que solo se trataba de algo temporal. Como mucho, sería cuestión de unos meses o de un año en el peor de los casos. Y pensándolo bien, un año era un sacrificio muy pequeño en comparación con el bienestar de su familia.
Además, estaba verdaderamente preocupada por su madre. Aquella mañana solo había pronunciado monosílabos y no se parecía nada a la mujer que había sido. En los siete días transcurridos desde la muerte de Nicolas había evitado, a toda costa, pronunciar el nombre de su esposo; solo lo hacía de vez en cuando por error, y si ella o sus hermanos lo pronunciaban, se marchaba automáticamente de la habitación donde estuviera.


Justo entonces, Jolie Vincent se dirigió a ella.
—Lali, querida, ¿qué tal está tu madre? —preguntó la mujer—. Bueno, sé que es una pregunta estúpida, porque estará destrozada. Ha sido terrible para todos nosotros, pero quiero que sepas que cuentas conmigo si os puedo ser de alguna ayuda.
Lali asintió porque no tenía fuerzas para hablar. Sabía que la mujer intentaba ser amable, pero había pasado muy poco tiempo desde el suceso y temía empezar a llorar desconsoladamente. Por otra parte, estaba furiosa con su padre por haberlos abandonado con tantas preguntas sin respuesta. Seguía sin entender qué lo había llevado a cometer un acto tan estúpido como el suicidio, y no podía dejar de pensar en ello.
A pesar del silencio de Lali, la señora Vincent no comprendió que no quería tocar el tema.
—No es preciso que digas nada. Sé que es demasiado pronto. Pero espero que sepas que todos adorábamos a tu padre y a tu familia. Si podemos hacer algo, solo tienes que pedírmelo. Y en cuanto a mí, no tengo ninguna intención de abandonar a tu madre. Más tarde o más temprano, tendrá que aceptar nuestro apoyo.
Lali hizo un esfuerzo por contener las lágrimas.
—Gracias —acertó a decir.
Antes de que se diera cuenta de lo que pasaba, alguien le quitó la espátula que llevaba en una mano y sirvió la panceta en un plato. Era Peter.
—Descansa un rato —ordenó él.
—No puedo —protestó.
—Por supuesto que puedes. Yo me encargaré de vigilar el fuerte. Además, probablemente he preparado más huevos que tú en toda tu vida.
Lali sonrió al recordar una escena del pasado. Durante una época, su padre se había empeñado en enseñar a cocinar a Peter. Y al principio era tan malo que era incapaz de freír un huevo sin romper la yema.
—Sí, sí, ya lo sé. ¿Pero ya has aprendido a freír sin romper la yema?
—Bueno, lo descubriremos pronto. Y ahora, ve a pasear un rato y a tomar el aire.
—¿No crees que la gente se preguntará qué hace el jefe de policía en la cocina del restaurante?
—Quién sabe, tal vez lleguen a la conclusión de que mi sueldo es tan malo que tengo que pluriemplearme.
—Ah, claro, ya sabía yo que tenías otro motivo para presentarte voluntario —bromeó ella, entre risas.
A Lali la sorprendió que todavía pudiera reírse, pero no la sorprendió que fuera por culpa de Peter: siempre había poseído un enorme sentido del humor.
Pero naturalmente, no era la única característica de Peter. De joven, tenía una sorprendente inclinación por meterse en líos, y se preguntó si bajo la fachada de jefe de policía seguiría viviendo el rebelde que había sido. Por lo sucedido en la piscina la noche anterior, suponía que sí.
Se dijo que uno de esos días buscaría el momento y la oportunidad de descubrir si seguía albergando la malicia de su adolescencia. Incluso tal vez pudieran descubrir qué era lo que existía entre ellos, porque aquella atracción tenía muchas posibilidades.
Aliviada por la oportunidad de descansar un rato, salió al exterior del local y se sentó en un banco que habían instalado para los clientes que tenían que esperar cuando no había mesa libre. Solo llevaba un par de minutos allí cuando apareció Luca y se acomodó a su lado.
Lali miró a su hermano con intensidad. De pelo castaño, ojos marrones y una sonrisa realmente atractiva, era la viva imagen de Nicolas. Pero daba la impresión de encontrarse al borde de un ataque de nervios. Su tensión era más que evidente.
Intentó tomarlo de la mano para tranquilizarlo, pero él se apartó.
—Odio este lugar —murmuró—. Y ahora, más que nunca. Jamás podré alejarme de él.
—Por supuesto que sí —dijo ella—. Volverás, a la universidad dentro de un mes.
—¿Cómo? No tenemos dinero. Papá destrozó mis posibilidades de licenciarme cuando se arrojó a ese lago. Por lo que sabemos, me parece más que evidente que se suicidó.
Aunque Lali lo había sospechado desde el principio, no le agradó oírlo de boca de Luca.
—Luca Esposito, no te atrevas a hablar de ese modo. No sabemos lo que pasó.
—Pero sabemos que está muerto, ¿no te parece? Y lo odio por ello —dijo, fuera de sí—. Mírate a ti misma. Tú también estás atrapada aquí. No podemos marcharnos y dejar solos a Leon y a mamá. Ella está destrozada y a Leon le va a dar algo si sigue empeñado en comportarse como nuestro padre. Ya lo has oído. Está dispuesto a dejar el equipo de fútbol en el que juega y a retrasar su marcha a la universidad. Pero necesita jugar en ese equipo. Si no lo hace, no le darán la beca.
—No permitiré que lo abandone, descuida. Y en cuanto a lo demás, todo saldrá bien, te lo prometo.
A pesar de lo que acababa de afirmar, Lali no estaba nada segura de poder cumplir aquella promesa.
—¿Cómo? ¿Es que piensas que nos va a tocar la lotería? Es lo único que podría sacarnos de este lío. Cuando volví anoche a casa, eché un vistazo a la contabilidad de papá para ver si el abogado había cometido algún error. A fin de cuentas papá siempre fue muy bueno con los negocios. Y llevaba tan férreamente las cuentas que no se le escapaba ni una mala moneda.
Lali sonrió.
—Yo también quería mirar esos informes. ¿Descubriste algo?
—Papá guardaba los libros en un cajón y tuve que romper la cerradura del escritorio —confesó—. Pues bien, no sé qué diablos le pasó, pero sacó hasta el último dólar que ganaba con el restaurante. Yo diría que la situación es aún peor de lo que comentó el abogado.
Lali lo miró con sorpresa.
—No puede ser cierto. Papá no nos habría hecho algo así.
—Deja de defenderlo. Puede que aún no tenga mi licenciatura en Ciencias Empresariales, pero sé interpretar un libro de contabilidad. Será mejor que vendamos lo poco que nos quede. El terreno del restaurante vale bastante dinero, así que creo que podríamos pagar los créditos y quedarnos con algo más. En cuanto a la casa, mamá y Leon podrían venderla y mudarse a otro sitio más pequeño. Si nos encargamos tú y yo, podríamos arreglarlo todo rápidamente.
—No —dijo Lali.
—¿No? ¿Por qué?
Lali intentó imaginar a su madre sin el Flamingo Diner; sabía que no sobreviviría. A pesar de que aquella mañana se había negado a pisar el restaurante, era consciente de que aquel local, y sus clientes, eran toda su vida.
Por otra parte, aquel sentimiento funcionaba en dos direcciones. Para muchos de los clientes, el restaurante era el lugar donde iban a reunirse con otros vecinos, a intercambiar rumores y a hablar de sus familias con los seres queridos.
—No podemos vender —dijo con énfasis—. Para mamá ya es suficientemente difícil vivir sin papá. Me temo que va a necesitar el restaurante.
—Si es tan importante para ella, ¿por qué no está aquí esta mañana? Sabe lo que está en juego.
—Porque es demasiado pronto. Nosotros hemos perdido a nuestro padre y eso ya es bastante malo, pero llevábamos cierto tiempo alejados de la familia y tenemos nuestras propias vidas. En cambio, para Leon y para mamá es peor. Veían a papá todos los días y contaban con él.
—Y él los dejó en la estacada. Nos dejó a todos —dijo, con amargura—. En fin, me voy. Tengo que marcharme de aquí.
Luca se levantó y a Lali la preocupó el tono de urgencia de su voz. Deseaba pedirle que se quedara, pero en lugar de eso, preguntó:
—¿Adonde vas?
—A cualquier parte. A cualquier sitio lejos de aquí.
Luca se marchó antes de que a Lali se le ocurriera una buena excusa para impedirlo. Siempre había sido un gran chico, pero era consciente de que Peter tenía razón al afirmar que parecía a punto de cometer alguna locura.
Lali suspiró. Su familia se estaba rompiendo y no sabía cómo evitarlo. Al parecer, su presencia allí no iba a ser suficiente. No tenía la experiencia necesaria.
Durante un breve momento, pensó en la posibilidad de pedir consejo. Pero no era su estilo; Peter tenía razón al subrayar su tendencia a buscar soluciones por su cuenta y a no dejarse llevar por la tentación de llorar en los hombros de los demás.
Jack Lawrence había sugerido que contrataran a un asesor financiero, pero Lali no quería arriesgarse a que la situación de la familia se hiciera pública; aunque contrataran a un profesional de Orlando o Tampa, donde nadie conocía a los Esposito, siempre cabía la posibilidad de que alguien llegara a saberlo. Desesperada, pensó que tendría que pedirle a Luca que le explicara con más detalle lo que había descubierto en los libros de contabilidad de su padre. Tal vez eso sirviera para que concentrara su energía en algo positivo.
Pero en primer lugar, debía encontrar la forma de conseguir que Luca dejara de huir de lo que lo incomodaba. Aunque no lo culpaba por ello. Ella misma, durante la semana anterior, había estado a punto de huir a cualquier parte con tal de alejarse de allí.
Sin embargo, no podía hacerlo. Debía concentrarse en todo aquel desastre y descubrir la verdad. Tenía que saber qué había pasado en la vida y en la mente de su padre, por qué razón había terminado en el fondo de un lago.


En el capitulo 18 hay laliter...
+20 FIRMAS Y OTRO

18 commenti:

  1. Hahah mas lindo peter ayudándola :3

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  2. Uuu lali viendo cm se desmorona la familia duro masssssssss

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  3. Pobre Lali es una carga súper pesada la que le dejan todos, ella es la que se esta encargando de todo puedes estallar en cualquier momento.
    Ya quiero Laliter!!!!!!!
    @Titel842

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  4. Pobre lali,q sera lo q paso con Nicolas,el único q le saca una sonrisa es Pit!

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  5. Lali esta sintiendo cosa por peter de a poco pero lo esta a siendo

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