26 capitulo

La novia de Luca llevaba el pelo de color azul, tenía un pendiente en la nariz y un tatuaje en un brazo. Vestía a la moda, con pantalones más grandes de lo normal y un top extremadamente ajustado que dejaba ver su cintura. Lali la miró cuando entró con su hermano en el restaurante y le cayó bien de inmediato.
—¿De dónde eres, Marisol? —preguntó Lali.
—De California. Pero mi bisabuelo vive aquí, en Winter Cove, y aproveché la ocasión para venir a Florida a estudiar en la universidad. Quería pasar una temporada con él antes de que fallezca.
—¿Y dónde conociste a Luca? ¿En la facultad?
—Sí, algo así.
—¿También estudias Ciencias Empresariales?
—En efecto.


Lali siguió trabajando y al cabo de un rato decidió interrumpir a la joven pareja. Quería hablar con Luca.
—Luca, ¿piensas ir a casa a ver a mamá?
—No.
—Entonces, ¿piensas venir al restaurante, en algún momento, para ayudarnos con el trabajo?
Luca se ruborizó.
—Yo diría que Leon y tú lo tenéis todo bien controlado.
—No lo creas. Además, esta tarde tengo una cita y te agradecería mucho que te quedaras para ayudar a tu hermano.
Luca apartó la mirada, pero asintió.
—Está bien. Ahora tengo que marcharme, pero puedo volver dentro de una hora.
Lali lo miró y supuso que Luca se olvidaría en cuanto saliera del local, de modo que preguntó:
—¿Hay algún número donde pueda localizarte?
—Marisol tiene un teléfono móvil, así que puedes llamar a su número si le parece bien.
—Sí, por supuesto, no hay problema…
Entonces, Luca tomó de la mano a Marisol y se alejaron hacia la salida.
Lali los miró y se preocupó de nuevo. Tenía la suficiente experiencia como para saber que su hermano estaba tomando algo. Se había comportado bastante bien, pero sus ojos brillaban de forma extraña y su comportamiento no era el de siempre.
Por desgracia, no sabía cómo ayudarlo.


Lali estaba algo pálida cuando Peter fue a buscarla para ir a su cita con Maria Sawyer. Le habían contado que aquella mañana había hablado con Luca y no lo sorprendió comprobar que el chico no se había pasado por el restaurante, así que se dijo que tendría que tener una pequeña charla con él.
—¿Te encuentras bien? —le preguntó.
Ella sonrió.
—He tenido días mejores.
—Me han contado que Luca se pasó por aquí con su novia.
—Sí, y la verdad es que no sé qué hacer con él…
—¿Le has dicho a tu madre que tiene problemas?
—Creo que ya lo sabe, pero está demasiado preocupada y no quiero alterarla más. Sin embargo, ahora tengo el teléfono de Marisol y por lo menos podré localizarlos.
—Dámelo a mí. Quiero hablar con Luca.
Peter tomó el papel y llamó inmediatamente.
—¿Dígame?
—¿Marisol? ¿Puedes pasarme con Luca?
—Sí, por supuesto…
Cuando Luca se puso al teléfono, comenzó protestando:
—Hermana, deja de molestarme de una vez. Si te empeñas en…
—No soy tu hermana, sino Peter. Prometiste a Lali que vendrías al restaurante y no lo has hecho. ¿Se puede saber dónde diablos estás?
—Siento no haber ido, pero las cosas se han complicado —respondió con inseguridad.
—Pues descomplícalas y ven de inmediato. Lali y Leon se marchan conmigo, y quiero encontrar el restaurante totalmente limpio cuando vuelva mañana por la mañana.
—Entonces, contrata a alguien para que lo limpien.
—No es preciso, porque lo vas a limpiar tú. Y más te vale que no te atrevas a drogarte en el Flamingo Diner, porque te arrepentirías.
Cuando cortó la conversación, Lali lo miró con preocupación.
—¿Sabías lo de las drogas?
—Sí, pero espero que ahora reaccione. Creo que he conseguido asustarlo.
—No lo entiendo. Es un chico inteligente y sabe lo que pasa si se abusa de ciertas cosas…
—Es por lo de tu padre. No se lo ha tomado nada bien, y como sabe que a Nicolas lo habría molestado, intenta herirlo.
—Pero eso no tiene sentido. Mi padre ha muerto, y solo se hace daño a sí mismo…
—Eso lo sabemos tú y yo, pero él es demasiado joven. Sé lo que siente porque yo me sentí como él a su edad.
—¿También te drogabas?
—Por supuesto. Pero tu padre me vio una vez y se enfadó tanto conmigo que me sentí muy avergonzado y lo dejé. No quería decepcionarlo.
—¿Y crees que Luca reaccionará de forma parecida contigo?
—Si es la mitad de inteligente de lo que yo era, lo hará. Tiene que madurar un poco y conocer las consecuencias de las cosas. Si se vuelve un adicto, lo lamentará.
Peter se volvió entonces hacia Leon, que había oído toda la conversación.
—Vamos, chico, te dejaremos en casa…
—Puedo quedarme aquí y ayudar a Luca.
—No —dijo Lali—, tienes derecho a descansar un poco. Además, el campeonato de fútbol empieza pronto y deberías ponerte en forma. ¿Cuándo saliste a correr por última vez?
—Ya te he dicho que no necesito jugar. En serio, Lali, no me importa tanto.
Lali le acarició el cabello.
—Puede que no, pero quiero que lo hagas. A papá le habría encantado.
—Ya no está con nosotros, Lali —dijo, entre lágrimas.
—En cierto modo, lo está —intervino Peter -No te preocupes, Leon ,todo saldrá bien. Luca mejorará, tú volverás a la universidad y tu madre se pondrá bien. Incluso Lali regresará a Washington si es lo que quiere.
—Espero que sí —dijo Leon, mirando a Lali—. Puede que tengas razón… Tal vez debería salir a correr un rato. Correr me hace bien. Por cierto, ¿adonde vais?
—A ver a una amiga —respondió Peter.
—No tardaremos mucho —aseguró Lali—. Si ves a mamá, dile que estaré de vuelta para cenar.
—¿Me invitáis? —preguntó Peter.
—No te puedo asegurar que podamos ofrecerte un banquete, pero huelga decir que sí —respondió ella.
Justo entonces apareció Luca. Se dirigió a su hermana y dijo:
—Perdóname, Lali.
—No te preocupes, no es nada.
—Lali va a cocinar esta noche —anunció Leon—. ¿Quieres venir a cenar cuando termines en el restaurante?
—Claro —respondió Luca.
Peter asintió con aprobación.
—En tal caso, nos veremos más tarde.
Rochi tenía mala cara, como si estuviera a punto de gritar. Lali tuvo una sensación extraña en cuanto la vio, así que tomó de la mano a Peter y dijo:
—Maria no está, ¿verdad?
—Le dije que era algo importante, pero tenía otro compromiso —respondió, mirándolos a modo de disculpa—. Sinceramente no sé qué le pasa. Lleva varias semanas comportándose de forma extraña.
—Anoche dijiste algo parecido en tu casa. ¿Tienes idea de qué puede pasarle? —preguntó Lali.
—No, ninguna. Sé que está estresada y de hecho está muy agresiva. Además, desaparece sin decir una palabra y no sé ni adonde va ni qué hace. Es como lo que ha hecho ahora: se fue y me llamó por teléfono para decirme que anulara todas sus citas.
—¿Cuándo se marchó? —preguntó Peter.
—La primera vez que desapareció de forma extraña fue hace un par de meses. Había planeado unas vacaciones y se fue sin dejar otra cosa que una nota en mi escritorio. Decía que no podría localizarla en una buena temporada, y estamos hablando de una mujer que en general es incapaz de vivir sin estar pegada a un teléfono móvil. Ya la conoces, Peter.
Emma lo miró y preguntó:
—¿Qué estás pensando, Peter?
—Nada.
—Venga, dímelo…
—Pensaba en la coincidencia de las fechas.
—¿Crees que su marcha está relacionada con la muerte de mi padre?
—¿Tú no lo crees?
—Oh, vamos, no es posible que estés hablando en serio —intervino Rochi—. ¿Maria y el padre de Lali? Eso es ridículo y deberías saberlo.
Lali miró a Rochi con curiosidad. Por el comentario que había hecho, resultaba evidente que Peter conocía bien a Maria.
—¿Estuvo Nicolas alguna vez aquí? —preguntó el policía.
—Bueno, sí, pero lo que dices es absurdo. Tu padre murió el día diecisiete, ¿verdad, Lali? —preguntó Rochi.
Lali no respondió. Estaba considerando todas las implicaciones de aquel asunto.
Le parecía bastante peculiar que Maria y su padre se hubieran empezado a comportar de forma extraña casi al mismo tiempo, y aún más que Maria desapareciera con la evidente intención de evitarlos a Peter y a ella. Pero la idea de que Nicolas hubiera mantenido una relación con una mujer que podía ser su hija se le hacía insoportable. Y para empeorarlo todo, desconocía cuál era el papel del propio Peter en todo aquel asunto.
—Danos una cita para mañana —dijo a Rochi.
—No, no lo hagas —dijo Peter—. Si está intentando evitarnos, no vendrá. Rochi, llámame por teléfono cuando pase por aquí… Yo iré a buscar a Lali y entonces vendremos a verla.
Rochi asintió lentamente.
—Tiene que haber algún error, Lali. No puedo creer que ocurriera nada de lo que estás pensando…
Lali intentó sonreír.
—Puedes estar segura de que yo tampoco puedo creerlo.


En el proximo Lali y peter van a ir en el lago...pasarà algo?

No saben el capitulo 29 lo que es...y el que viene despues jajaja
Si firman rapido,podemos llegar,siempre si quieren laliter,eh!

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