sabato 27 ottobre 2012

25 capitulo


Lali todavía estaba pensando en las palabras de Rochi cuando subió al coche con Peter, un buen rato después. No era la primera vez que alguien le recordaba que Peter estaba hecho para ella, y se preguntó si no estaría cometiendo un error al desestimar la idea. A fin de cuentas no había nada malo en querer estar en brazos de un hombre que le gustaba.
—¿Qué te ocurre? Estás muy pensativa —preguntó él.
—Rochi ha dicho algo que me ha hecho reconsiderar un par de cosas.
—¿De qué se trata?
—Dice que pienso demasiado.
—¿Y por qué ha dicho eso?
—Por ti. Y por mí.


—Comprendo —dijo con suavidad—. Bueno, si alguna vez quieres dejar de pensar tanto, avísame. Mi casa solo se encuentra a unos kilómetros de la tuya.
Lali no sabía si eso era lo que quería. Tenía muy poca experiencia sexual; en realidad solo se había acostado con dos hombres, así que no se sentía muy segura al respecto. Pero supuso que con Peter sería más fácil. Lo conocía desde siempre, y en las últimas semanas le había demostrado que era un hombre encantador con el que siempre podía contar.
Sus dos relaciones anteriores habían sido simplemente apasionadas, hijas del deseo y de un impulso que desde luego no podía haber previsto. Le bastó con mirarlos a los ojos para saber que deseaba hacerlo.
En cambio, con Peter era diferente. Cuando lo miraba, sentía algo mucho más complejo y profundo, una emoción de fondo tal vez más tranquila, pero igualmente ardiente. Y con toda probabilidad, eso era lo que la asustaba; temía que Peter se convirtiera en alguien tan importante para ella que quedara atrapada de forma definitiva en Winter Cove.
—Me gustaría que las cosas fueran más sencillas —dijo ella.
—Lo serán en cuanto dejes de pensar tanto. Pero no quiero que hagas nada de lo que te puedas arrepentir más tarde. Como ya te dije, soy un hombre paciente. Y esperar por ti, merece la pena.
Segundos después llegaron a la casa de Lali, momento que ella aprovechó para intentar poner fin a la velada.
—Será mejor que me vaya. Hay luz en el dormitorio de mi madre y es posible que me esté esperando.
—Te acompañaré a la puerta.
Lali quiso protestar, pero Peter no le hizo caso. Salió del vehículo y le abrió la portezuela.
—Ah, una cosa más…
Lali se volvió hacia él para oír lo que tuviera que decir y se encontró con algo inesperado: un beso. Si el contacto de la mañana la había dejado sin habla, aquello la dejó sin habla y sin aliento. Al parecer, Peter sabía convertir un beso de despedida en algo espectacular.
Cuando por fin, se apartó de ella, tan estremecida que apenas podía sostenerse. Lo deseaba con toda su alma.
—Buenas noches, Lali.
Lali no pudo decir nada.
—Te veré por la mañana.
—Yo…
—Echa el cerrojo cuando entres en casa.
—Sí, bueno…
Peter rio. Parecía muy contento de haberla dejado sin habla.
Lali lo observó mientras se alejaba en el coche. Los besos de Peter generaban tanto calor como para provocar un incendio en todo el condado. Y si no se andaba con cuidado, ella también acabaría ardiendo.




Cuando oyó el ruido del motor, Emilia se aproximó a la ventana de su dormitorio, pensando que podía ser Luca. Pero en lugar de eso se llevó la inesperada sorpresa de ver cómo besaba Peter a su hija. Sonrió, encantada, y sintió cierta envidia de Lali; empezar una aventura con alguien siempre era algo maravilloso.
Además, Peter era un buen hombre y estaba enamorado de ella desde hacía años. La idea de que estuvieran juntos le agradaba, sobre todo si implicaba que Lali se quedaría en Winter Cove. Sabía que quería regresar a Washington, pero también sabía que nunca había dado una sola oportunidad al pueblo donde había nacido.
Lali no tardó en entrar en la casa. Y cuando lo hizo, se dirigió directamente al dormitorio de Emilia y llamó a la puerta.
—Mamá, ¿estás despierta?
—Sí, adelante…
Emilia notó el rubor en las mejillas de su hija y el brillo de sus ojos.
—¿Te has divertido? —preguntó.
—Sí, me lo he pasado muy bien con Rochi y con sus hijos —respondió.
—Le he dicho que los lleve al restaurante el domingo que viene. Así podrás comprobarlo tú misma.
—Bueno ¿Cómo está Peter? Deberías haberlo invitado a entrar.
El rubor de las mejillas de Lali aumentó.
—Es que… tenía que marcharse.
—Qué lástima.
Lali miró a su madre y gimió.
—Has visto cómo me besaba, ¿verdad?
Emilia rio.
—No te estaba espiando, cariño. Pero sí, lo he visto. Y desde aquí me ha parecido bastante intenso.
—Pues imagínate lo que he sentido yo… ¿Quién lo habría pensado?
—Cualquier mujer con su libido intacta. Peter es un hombre muy atractivo y tiene mucho éxito. ¿No te has fijado en la curiosa cantidad de mujeres jóvenes que aparecen hacia las siete de la mañana? Lo hacen porque saben que él suele desayunar a esa hora. Pero nunca hace caso a sus admiradoras.
—¿Por qué?
—Porque es un hombre de ideas fijas.
—¿De ideas fijas?
—Creo que solo tiene ojos para ti. De vez en cuando coquetea con alguien, claro, pero es a ti a quien quiere.
—Siempre supe que sentía algo por mí —confesó—. Pero ¿insinúas que se trata de algo serio?
—Ese beso me lo ha parecido bastante.
—Bueno, no quiero pensar en eso ahora. Una aventura es una cosa, pero el amor…
Lali se alejó y se dirigió a la puerta.
—Lali, espera…
—¿Qué quieres?
—Hagas lo que hagas, no le hagas pasar un mal rato. Peter no se lo merece.
Lali suspiró con gesto de culpabilidad.
—No lo haré, mamá. Supongo que por eso no lo he invitado a entrar, aunque me apetecía.
-- Hagas lo que hagas, sé totalmente sincera con él y contigo misma.
—Lo intentaré —le aseguró.
—Sé que lo harás. Tienes un gran corazón. Y él también.


Ahora quiero ver que dicen...se lo esperaban el beso? Jajaja
Puedo subir mas ya que no salgo,si ustedes firman J

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