sabato 27 ottobre 2012

24 capitulo


Peter no sabía qué le había pasado aquella mañana. Ciertamente se había despertado excitado por culpa de Lali, pero no era la primera vez que sucedía y jamás le había dado por entrar en el restaurante y besarla sin más. Nunca se habría atrevido en vida de Nicolas, y se dijo que aprovecharse de su muerte, de ese modo, no era una actitud muy ética.
Sin embargo, no se arrepentía de lo que había hecho. Lali no se había dejado llevar, pero tampoco lo había abofeteado; bien al contrario, se había ruborizado levemente. Así que pensó que intentaría devolverle aquel rubor por la noche, durante la cena en casa de Rochi. Sabía que se sentía atraída por los chicos rebeldes y estaba dispuesto a demostrarle que él lo era. Y mucho.


Por desgracia, no sabía si Lali le daría alguna oportunidad. Miró al asiento del copiloto y la vio allí, tan estirada y silenciosa como al principio; parecía que se había tragado una escoba.
—Está bien, dime qué te preocupa…
—No sé de qué me estás hablando.
—Seguro que estás enfadada por el beso de esta mañana —dijo, mirándola con intensidad durante un par de segundos—. ¿O te molestó más que Gabe y Harley entraran en ese instante?
—Vete al infierno.
Peter rio.
—Ten cuidado o podríamos acabar los dos en el infierno, y creo que hace mucho calor. Venga, dime lo que te pasa.
—Está bien, te lo diré. Me molestó que me besaras sin aviso y que te marcharas sin darme ocasión de decirte cuánto te odio por ello. Sabes que a la gente de este pueblo le encanta hablar y puedes estar seguro de que Gabe y Harley no mantendrán cerradas sus bocazas. Lo sabes muy bien.
—¿Y qué? Solo fue un beso, Lali, un beso. No es como si me hubiera arrojado sobre ti y hubiéramos hecho el amor en el mostrador.
Lali se ruborizó.
—Menos mal que no.
—Eh, no estoy diciendo que no lo hagamos algún día —observó Peter—. Pero soy un hombre paciente y estoy dispuesto a esperar. Siempre he luchado por lo que quiero. Y tú eres mi objetivo.
Lali lo miró con evidente sorpresa.
—Ni lo pienses —dijo—. Peter, entre nosotros no puede pasar nada.
Irritado por sus palabras, Peter salió de la carretera, aparcó en el arcén y apagó el motor.
—¿Porque no quieres? ¿O precisamente porque lo deseas demasiado? —preguntó, algo enfadado por su actitud.
Lali abrió la boca para decir algo, pero no fue capaz. Entonces, él le acarició una mejilla.
—Dime la verdad, Lali.
—Está bien, tienes razón. Es posible que me sienta atraída por ti, pero no quiero que me gustes. Y tú tampoco deberías querer. Las cosas se han complicado tanto que no puedo pensar con claridad. ¿Por qué empezar algo en tales condiciones?
—Ya somos adultos, Lali, y supongo que perfectamente capaces de ver las cosas con cierta perspectiva. Te deseo desde que éramos un par de jovenzuelos, y ahora creo que tú también me deseas. Lo noto en tu forma de mirarme, de tocarme… Dime la verdad. ¿Me equivoco?
Ella lo miró y dijo:
—No.
Peter se sintió enormemente aliviado, a pesar de las dudas de Lali.
—Magnífico.
—Peter, necesito que seas mi amigo —dijo, a modo de ruego.
Peter no se esperaba esa respuesta
—Pero esto no cambia nada —se defendió—. Yo siempre seré tu amigo. Eso puedes darlo por hecho.
—No, sería imposible. El sexo siempre cambia las cosas entre una mujer y un hombre.
—No en nuestro caso. Yo no voy a dejar de ser nunca tu amigo, y en cuanto a lo demás, no tengo prisa. Será lo que tenga que ser. Ahora me estoy limitando a contarte mis ideas.
Lali lo miró con ironía.
—Ah, ¿pero tienes ideas?
Él sonrió y ella rio. Pero cuando Peter volvió a tocarla, la risa de Lali desapareció y volvió la tensión.
—Bueno, será mejor que sigamos. No quiero que la comida de Rochi se enfríe. He oído que las mujeres embarazadas pierden el sentido del humor al cabo de unos meses.
—¿No te parece que generalizas demasiado?
—No, es un hecho. Pero ya lo verás algún día si quieres tener hijos. ¿Quieres tenerlos?
—La verdad es que no he pensado mucho en eso —confesó—. ¿Y tú? ¿Quieres tenerlos?
—Sí, tres o cuatro —respondió, para sorpresa de Lali—. Pero no me mires con esa cara de pánico. Ni siquiera estoy seguro de quererlos, aunque sospecho que esta noche tendré una idea más aproximada de lo que significa ser padre. Según me han contado los dos primeros hijos de Rochi son verdaderamente insoportables.
Lali lo miró con sorpresa.
—Entonces, ¿no está esperando el primero?
—No, es el tercero. Y como su marido y ella se pasan el día trabajando, tienden a consentirlos demasiado a cambio de la falta de afecto.
—¿Los ves muy a menudo?
—No, en realidad no.
—¿Y cómo sabes todo eso?
Peter dudó. No sabía si debía comentarle que Maria y él habían salido muy a menudo con Rochi y su esposo, pero prefirió no hacerlo. Además, sabía que Rochi no iba a sacar el tema porque estaba encantada haciendo de Celestina con ellos.
—Solían ir al Flamingo Diner los domingos por la mañana —respondió al final—. Y los niños siempre se portaban mal. Rochi intentaba controlarlos, pero no lo conseguía.
—¿Qué hay de su marido?
—Se limitaba a leer el periódico.
—Pues hace tiempo que no van…
—Porque la última vez que estuvieron, uno de los clientes se enfadó y les dijo que dejaran a sus hijos en casa si no eran capaces de controlarlos. Se enfadaron y se marcharon.
—Me sorprende que mi madre no intentara intervenir para calmar los ánimos…
—Tu madre intervino, pero no precisamente en el sentido que imaginas. Fue ella quien tuvo la idea de darles un toque de atención, y el cliente en cuestión fue nada más y nada menos que Jolie. Por supuesto, ninguna de las dos se arrepintió de ello.
—Mmm. Será mejor que esta noche compruebe esta noche la comida. Es posible que Rochi quiera envenenarnos en venganza…
Peter sonrió.
—Bueno, si te ofrece algo extraño, llévaselo a tu madre.




La familia de Rochi sorprendió muy positivamente a Lali, a pesar de lo que Peter había dicho. Los niños se comportaron bien y se comportaron de forma impecable en la mesa.
Después de cenar, Lali acompañó a Rochi a la cocina.
—La comida estaba maravillosa —dijo Lali—. Eres una magnífica cocinera.
—Al menos, ahora tengo más repertorio que cuando éramos adolescentes. Entonces no sabía hacer nada.
—Y pareces muy feliz…
Rochi se llevó una mano a su abultado estómago.
—Es cierto. Adoro a mi esposo y últimamente incluso adoro a mis hijos. Pero eso último se lo debo a tu madre y a Jolie. Se portaban muy mal, y cuando me llamaron la atención, decidí actuar para evitar más problemas.
—Pues esta noche se han portado como dos angelitos.
—Tienen días malos y días buenos, pero son un encanto. Supongo que las cosas serían más fáciles si mi esposo o yo no trabajáramos, pero a mi me gusta trabajar y disfruto mucho con Maria —explicó Rochi—. Pero ya basta de hablar de mí. ¿Cómo te van las cosas con Peter?
—Somos amigos, nada más.
—Bueno, es un buen comienzo —dijo, sonriendo, como si no la creyera—. Pero te advierto que cuando estáis juntos se nota la electricidad en el ambiente.
—Sea como sea, no puedo pensar en eso ahora.
—Tal vez no deberías pensar, sino actuar.


Dejarà lali de pensar? Vamos a ver....
Subo mas de un capitulo si quieren J

+10 FIRMAS Y MAS

12 commenti:

  1. Me encanta haha por lo menos hablaron de eso

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  2. siiiiii q deje de pensar lali y actue
    quiero otro
    besos

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  3. Siii, Lali tiene que actuarrr y no pensar!! jajajaja Quiero Laliter a fulll .. más nove!!

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  4. MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS MAS !!

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  5. Que Lali deje de pensar.. eso.. jajaja

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  6. me encanta la novela! Espero más caps..

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  7. Vas a subir más hoy? porfaaa.. me gusta mucho la novela

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  8. Quiero un beso de verdad, quiero Laliter, quiero que vean el fuego que sienten uno por el otro

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  9. Que buen cap ambos dijeron que se sienten atraídos por el otro.
    @masi_ruth

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