giovedì 1 novembre 2012

31 capitulo


Peter no quiso dar demasiada importancia a lo que había sucedido entre ellos. Lali no sabía lo que quería hacer con su vida, y no resultaba extraño teniendo en cuenta que acababa de perder a su padre. Pero estaba seguro de que tanto ella como su madre y hermanos se recuperarían con el tiempo.
Por otra parte, no quería plantearse la posibilidad de que finalmente se marchara a Washington y lo abandonara, así que se apretó contra ella y decidió olvidar el asunto de momento. Después, la penetró una vez más y comenzaron a moverse, juntos, hasta que alcanzaron el clímax.
Cuando el último estremecimiento ya había desaparecido, ella se relajó bajo él.
—Oh, Dios mío… —murmuró—. Tengo la impresión de que me han robado todos los músculos. Dudo que pueda volver a moverme.


Peter sonrió.
—Eso podría estar bien. Al menos sabría dónde encontrarte al final del día.
—Bueno, siempre sabes dónde encontrarme.
—No necesariamente. Te recuerdo que no conozco Washington.
—Preferiría no hablar de eso ahora, Peter.
—¿Por qué?
—Porque quieres respuestas que no puedo darte por el momento. Las mereces, lo sé, pero todavía no te las puedo dar.
—Lali, sé lo mucho que quieres volver allí y lo mucho que te gusta, pero creo que te estás equivocando. Creo que no te estás dando cuenta de que ya no perteneces a ese sitio.
—¿Lo dices por lo que hemos hecho esta noche?
—No, lo digo porque tu vida ha cambiado de forma dramática. Ya no eras la niña que se marchó a la ciudad en gran parte porque quería demostrar algo. Eso ya lo has hecho. En cuanto a tu trabajo, puedes seguir haciéndolo en cualquier otro sitio —respondió Peter—. Lo importante no es eso, sino la vida: la gente que te quiere, tu familia, tus amigos, las personas que te entienden incluso cuando tú no te entiendes.
—¿Y tú eres esa persona?
—Sé que lo soy —respondió con total confianza—. Y puedo demostrártelo de un modo muy sencillo: cuando llegue el momento, dejaré que te marches.
—Qué noble por tu parte —dijo con ironía.
—No lo creas —dijo él, notando su amargura—. Lo haré porque sé que volverás. Cuento con ello.
—Pues no lo hagas.
Lali se levantó entonces, se envolvió en una de las sábanas y se dirigió al cuarto de baño.
—Sé que tengo razón —murmuró Peter cuando se quedó a solas—. Tengo que tenerla.
—Una noche de pasión no significa que estemos unidos para siempre —protestó Lali, mientras se duchaba—. Soy una mujer independiente y puedo acostarme cuando quiera y con quien quiera. Incluso con un hombre distinto cada noche.
A pesar de lo que estaba diciendo, Lali sabía que no podía engañarse a sí misma. Había pasado una noche maravillosa, y la había disfrutado tanto que cuando salió de la ducha no se molestó en vestirse de nuevo, como había pensado; en lugar de eso, se puso una de las camisas de Peter y bajó al piso inferior de la casa.
Estaba preparando un café cuando alguien llamó a la puerta. Intentó hacer caso omiso, porque fuera quien fuera no quería que la descubriera medio desnuda mientras él estaba arriba, duchándose. Pero acto seguido se dijo que el problema no sería suyo. A fin de cuentas él era quien vivía permanentemente en Winter Cove; ella pensaba marcharse, y por tanto, no le importaba lo que los vecinos pudieran pensar.
Decidida, se dirigió a abrir la puerta. Pero nunca imaginó a quién iba a encontrar al otro lado.
—¡Sorpresa!
Era Cande.
—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó, realmente asombrada.
Cande hizo caso omiso de su sorpresa y entró en la casa.
—Te recuerdo que me invitaste. Conseguí que mi jefe me diera unos días libres, así que aquí estoy. Y bien, ¿dónde está él? Estoy deseando conocerlo.
—¿No habías dicho que tu jefe es un tirano? Bueno, no importa… Pero no deberías haber venido aquí. Me has pillado en un completo fuera de juego.
Cande rio.
—Sí, ya lo veo. De lo contrario no habrías abierto la puerta de la casa de un hombre vestida sin más prenda que una camisa. ¿A quién esperabas? ¿A tu madre, tal vez?
—Oh, no, Dios mío… Menos mal que no era ella.
—Pues no sería tan extraño que se dejara caer por aquí. Adivina quién me ha dicho dónde podía encontrarte.
Lali gimió. Al parecer, las cosas iban de mal en peor.
—Oh, vamos, deja de preocuparte —dijo Cande—. Tu madre estará encantada porque desea que te quedes en Winter Cove.
Peter apareció en aquel preciso instante y dijo:
—En tal caso, espero que sus deseos se cumplan. Desde luego, voy a intentar hacer todo lo posible para que así sea.
Estaba tan atractivo que Lali se quedó sin aliento.
—No lo conseguirás —dijo ella.
—Eso ya lo veremos —dijo él.
Peter avanzó entonces hacia Cande, estrechó su mano y se presentó.
—No irás a hacerle daño, ¿verdad? —preguntó Cande.
—No, por supuesto que no. Pero si sigue negándose a atender a razones, puede que desee sacudirle un poco.
Lali alzó los ojos al cielo.
—Bueno, creo que voy a vestirme —dijo.
Sin embargo, Lali cambió de opinión de inmediato. No le agradaba la idea de dejarlos a solas. Cande era una mujer muy atractiva y Peter un verdadero seductor, y la perspectiva no le resultó nada interesante.
—Aunque ahora que lo pienso, tal vez sea mejor que termine de preparar el café…
Peter sonrió, consciente de lo que sucedía.
—No, no te preocupes. Creo que Cande y yo debemos conocernos un poco más. Al parecer tenemos muchas cosas en común.
—No tenéis nada en común, nada de nada —gruñó ella.
—Te tenemos a ti —puntualizó Cande.
—¿Lo ves? —preguntó Peter—. Tenemos mucho en común.
Lali cruzó la habitación, desesperada, y se sentó en el sofá. Pero solo llevaba puesta una camisa, y al sentarse, ofreció a Peter una visión perfecta de sus piernas.
—Entonces, me quedaré aquí para oír vuestra conversación y corregiros cuando alguno se equivoque en algún comentario.
—Eres una caprichosa —se burló Cande, mientras le guiñaba un ojo a Peter—. Creo que será mejor que nos vayamos a la cocina y la dejemos aquí, ¿no te parece?
Peter asintió.
—Buena idea. Prepararé el desayuno.
—¿Sabes cocinar? —preguntó Cande, mientras lo tomaba del brazo.
—No tan bien como Lali, pero ella tiene el día libre. Es su segundo día ocioso y temo que se acostumbre…
—Ya era hora de que descansara un poco…
Lali permaneció en el sofá unos segundos más, pero enseguida los siguió a la cocina para proteger sus intereses.
Desde la muerte de su padre, se había sentido como si toda su vida se encontrara al borde de un precipicio. Después, había llegado a pensar que las cosas estaban mejorando. Pero tenía la sensación de que, en los últimos diez minutos, Cande y Peter habían llegado a un pacto secreto para arrojarla al abismo.


Llegò cande :D
Si quieren subo mas capitulos J

+12 FIRMAS Y MAS

12 commenti:


  1. Me encanto el capi , lali cuida su intereses jajajaja me gusta lo celosa que esta espero más capi

    RispondiElimina
  2. Mmm lali no quiere mostrar sus sentimientos hacia peter :(

    RispondiElimina
  3. Jajaja me encantan los celos de Lali, no que no Lali?
    Súper padre espero el próximo gracias.
    @Titel842

    RispondiElimina
  4. Masss Noveeee! Jajajaj Lali Y Sus Celos Son Lo Mas.



    @nathies1024

    RispondiElimina
  5. queremos un capotulo mas largo porfavorrrrrrrr

    RispondiElimina
  6. masmasmasmasmamsmamsmasmasmas

    RispondiElimina
  7. vamos firmen asi sube cap

    RispondiElimina
  8. Wow jaja Lali celosa me encanta mas nove un capitulo mas
    Camila

    RispondiElimina