venerdì 16 novembre 2012

35 capitulo


Cuando el restaurante se quedó vacío, Lali se acercó a Peter y preguntó:
—¿Qué estabas cuchicheando con Leon?
—Cosas de hombres —le respondió.
Ella lo miró fijamente.
—No te habrá estado haciendo preguntas sobre sexo, ¿verdad?
Peter rio.
—Qué curioso que eso sea lo único que se te ocurre.


Lali puso cara de pocos amigos e insistió:
—No estoy bromeando. ¿Habéis hablado de sexo o no?
—No, la única persona de tu familia con la que he hablado últimamente de sexo eres tú.
—Muy gracioso.
—No te preocupes por Leon. Tiene la cabeza bien puesta, y en lo que respecta al sexo, ya tiene casi diecisiete años. Estoy prácticamente seguro de que sabe todo lo que necesita saber.
Lali se dejó caer en una silla, tomó el plato de Peter y dejó la cafetera en él.
—Ya, bueno, pero me preocupa que ande por ahí haciendo tonterías.
—¿Y qué tendría de particular? Todos hemos hecho tonterías a su edad.
—Sobre todo tú. Me han contado algunas historias de tu adolescencia. Pero tú eras diferente. Eras lo suficientemente listo como para evitar meterte en líos.
—Solo porque cuando tenía catorce, tu padre me sentó y me dio un sermón y una caja de preservativos.
Lali se quedó mirándolo, asombrada.
—¿A los catorce?
Peter se encogió de hombros, y con gesto complacido, comentó:
—Es que era guapísimo.
Lali hizo caso omiso del comentario.
—Supones entonces que mi padre tuvo la misma conversación con Leon…
—Apostaría que sí.
—Gracias a Dios —suspiró—. Con Luca totalmente fuera de control, lo último que esta familia necesita es que Leon embarace a una chica durante su último año de instituto. Al final ha conseguido que Lauren Patterson salga con él. Ella le ha gustado siempre. Y no me gustaría que las hormonas le hagan perder la cabeza.
—No creo que tengas motivos para preocuparte por eso. Lauren es una chica muy sensata. Además, Leon es muy responsable —afirmó Peter—. Por otra parte, es más consciente que nadie del comportamiento absurdo de Luca. Dudo que pretenda seguir los pasos de su hermano mayor.
—Tal vez tengas razón, pero de vez en cuando debe de pensar que está cargando con más cosas de las que le corresponden. ¿Quién podría decirle algo si decide refugiarse en alguna chica para que lo consuele? —preguntó Lali.
—¿Como tú en mí? —respondió Peter en voz baja.
—Algo así —admitió—. Pero yo pretendía algo más que tu consuelo.
—Me alegra oír eso.
—Sin embargo, todavía no sé exactamente qué.
—Ya lo averiguarás —dijo Peter.
Peter habló con total tranquilidad, sin apariencia alguna de estar en un apuro. Un segundo después, echó un vistazo al restaurante, se puso de pie y declaró de repente:
—Vuelvo enseguida.
Lali lo vio ir hacia la puerta principal y echar la llave.
—¿Se puede saber qué estás haciendo?
—Cerrar —respondió él.
Luego, dio la vuelta al cartel del local para que los clientes supieran que estaba cerrado, volvió a la mesa y se sentó otra vez.
—Quiero hablar contigo, Lali.
Ella lo miró con recelo.
—¿De qué?
—De ti.
—¿Qué ocurre conmigo?
—Tienes mala cara y es evidente que estás exhausta. Pensé que te encontrabas mejor, pero ahora no estoy tan seguro. Me preocupas.
—Muchas gracias por el voto de confianza.
—Tú no necesitas halagos, necesitas acción —dijo Peter.
Entonces, él se puso en pie y se inclinó para besarla.
Lali consideró la posibilidad de rechazarlo, pero no lo hizo: estaba encantada con el beso y se dejó llevar.
Al cabo de un rato, cuando todo empezaba a darle vueltas, él se detuvo, la observó con detenimiento y asintió satisfecho.
—Mucho mejor.
—¿Mejor? —repitió Lali, todavía aturdida.
—Definitivamente mejor.
—¿A qué te refieres?
—¿A qué te refieres?
—A que ahora tienes mejor aspecto que cuando llegué. Trabajas demasiado, Lali. Estás pálida. Eres tan exigente que me asusta que te agotes. Incluso ahora, te comportas como si estuvieses esperando que te dé alguna mala noticia sobre Leon.
—Estoy bien —insistió ella.
A pesar de lo que acababa de afirmar, Lali demostró inmediatamente que Peter estaba en lo cierto. Cuando intentó servirle un café, notó que le temblaban las manos. Quizá fuera que últimamente no hacía otra cosa que esperar siempre lo peor, pero tenía buenos motivos para estar nerviosa. Se había tenido que enfrentar a muchas cosas terribles, y se dijo que no estaba peor que en las mismas circunstancias.
—Estoy bien —insistió.
—Oh, claro, ya me he dado cuenta —ironizó Peter—. Sé que las cosas han sido muy difíciles, pero no puedes encargarte de todo tú sola. Pensé que lo entendías, pero aparentemente necesitas recordarlo más a menudo.
—No estoy haciéndolo, ya no.
Él frunció el ceño.
—¿Quién te está ayudando? Tu madre ha vuelto, pero todavía no le ha puesto el corazón al trabajo, no totalmente. En cuanto a Leon, es cierto que está aquí, pero tampoco puede hacer tanto.
—¿Todo esto viene a cuento de Luca? —preguntó Lali—. No quiero discutir ese tema contigo.
—No estoy hablando específicamente de Luca. Estoy preocupado por ti y por lo que todo este estrés te está causando.
—No insistas. Además, te tengo a ti.
Peter se relajó un poco.
—Gracias. ¿Y a quién más?
—Tú lo has dicho: a Leon.
—La semana que viene vuelve al instituto. ¿Qué harás entonces?
—Ya me las arreglaré. Además, a pesar de lo que piensas, mi madre está realmente mejor. Está yendo a unas reuniones de un grupo de terapia y no tardará en volver a ser quien era.
—¿Y Luca?
—Dejémoslo al margen de esto —dijo Lali.
Lali era consciente de que su voz sonaba bastante desesperada, pero no quería que Peter se metiera a fondo en la vida de Luca. Sabía que imaginaba lo que estaba haciendo, pero no sería ella quien confirmara sus sospechas. Estaba convencida de que, con ayuda de su madre, podría ayudar a su hermano. O al menos, quería creerlo.
—¿Cómo podría dejarlo al margen? —preguntó Peter—. Él es parte crucial del problema.
—Vamos, Peter, dale un respiro. Todo este asunto le ha hecho mucho daño. Tuvo que dejar la universidad en el último año. En lugar de licenciarse, volvió a Winter Cove. Tenía un trabajo en el centro comercial, pero lo perdió.
—Entonces, ¿dónde diablos está? Si hizo todos esos sacrificios por la familia, ¿por qué no está aquí poniendo el hombro?
Lali se molestó con la pregunta.
—Eso no es asunto tuyo —dijo con frialdad.
—Lo estoy convirtiendo en un asunto mío.
—¿Porqué?
—Porque tú estás agotada. Necesitas ayuda. Luca es mayorcito y debería saber lo que hace con su vida, pero al parecer, mi última charla con él no sirvió de nada.
—Olvídalo. Mamá y yo podemos ocuparnos de él. La única ayuda que quiero de ti son respuestas.
—Eso no es lo que estabas sugiriendo hace unos minutos.
Lali decidió que tenía que pasar a la ofensiva para desviar la atención y conseguir que Peter dejara de hablar de su hermano, así que cambió de tema.
—Tal vez, pero ¿has descubierto algo acerca de las actividades financieras de mi padre? Han pasado varios días desde la última desaparición de Maria. ¿Has conseguido localizarla? ¿O te has limitado a sentarte y esperar que Rochi llame? Eso podría haberlo hecho yo también.
La táctica de Lali fracasó. Peter se limitó a mirarla con gesto condescendiente.
—No me cambiarás de tema tan fácilmente —dijo—. Primero, quiero que terminemos de hablar sobre lo que piensas hacer para aliviar las presiones que te has impuesto.
Lali pensó que no podría librarse de aquella presión hasta que su familia recobrara el equilibrio y ella pudiera regresar a Washington. Lamentablemente, las cosas estaban de tal forma que la situación podía seguir así varios meses más.
—Bueno, ¿no vas a responderme? —preguntó Peter.
—Ya te he dicho que no es asunto tuyo.
Él la miró con aire de reprobación y luego la tomó de la mano.
—Vamos.
—¿Adonde? Todavía tengo un montón de platos para lavar y los pisos necesitan que les pase la fregona. Además, sigo esperando tus respuestas. Si no vas a dármelas, tendré que terminar esto e irme a averiguarlo por mi cuenta.
—La fregona y las respuestas pueden esperar —afirmó Peter—. Vamos a dar un paseo.
—Pero…
Lali quiso protestar, pero Peter parecía tan decidido que no lo hizo.
—Está bien…
Él sonrió.
—Buena respuesta. Creo que finalmente estás entendiendo cómo funciona este asunto de la comunicación.
—Eso lo dices porque he aceptado hacer lo que quieres que haga.
—Exactamente. Y funciona muy bien, ¿no crees?
—¿Realmente te importa lo que opine?
Peter la miró con tal intensidad que Lali se estremeció.
—Es lo único que me importa —dijo con dulzura—. Lo único. Tal vez haya llegado el momento de que lo recuerdes.


Ayyy si lali no se queda con el voy yo! Es demasiado tierno :D
Creo que fue bastante lindo el capitulo y largo tambien...quieren otro?
+12 FIRMAS Y MAS

12 commenti:

  1. muy tierno
    amo como peter se preocupa por ella
    quiero otroooooooooo
    beso

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  2. es un dulce de leche, como no se da cuenta lali que solo vive para ella

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  3. Mas Novee!!! Si No Va Lalu Y Tampoco Vas Tu, Voy Yo, Jajajaj..Masssss Noveee!!!


    @nathies1024

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  4. Yo quiero a 1 Peter jaja :)

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  5. La que dijo que quiere a Peter soy @Masi_ruth más le vale a Lali hacerle caso

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  6. Si concuerdo contigo Peter es tan tierno y me encanta como la cuida :)
    Gracias por los caps besitos
    @Titel842

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  7. mas laliter, mas momentos tiernos
    mas nove!!!!

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